"Las ferias en Zamora son fundamentales para la relación de la capital con su entorno. Y esta, muy especialmente", aseguraba el alcalde, Francisco Guarido, durante la inauguración oficial de laFeria del Ajo, un producto de la tierra que defiende. "Los productos agrícolas son muy importantes y hay que reivindicarlos no solo con estos actos festivos, sino también con la transmisión y la venta", subrayó, solicitando a todas las administraciones que sigan apoyando esta feria "en una de las zonas donde mejor ajo se produce".
Representantes de todas ellas estaban en la inauguración oficial del mediodía, aunque los productores ya habían comenzado la venta, puesto que son muchos los zamoranos que madrugan para ser los primeros en adquirir las ristras para todo el año.
Volver a la avenida Tres Cruces es todo un aliciente para esta feria, según afirmaba Óscar Rojo, responsable del departamento agrario de Caja Rural —entidad que puso en marcha esta tradición–, quien señaló que el producto de esta edición es de muy buena calidad. "Ha tenido buen tiempo, lo que ha ayudado al secado de los ajos con el calor de este fin de semana", explicó, lamentando, por otro lado, la reducción de puestos con respecto a ediciones anteriores, aunque cifró en 300.000 kilos el producto que los agricultores habían traído a la capital.
Entre seis y diez euros
Este año, los precios de las ristras oscilan entre los seis y los diez euros. "Algunos, los más gordos, llegan a los doce euros", añadió Rojo. También desde Caja Rural, su presidente Nicanor Santos, defendía esta reducción de puestos, una decena menos que el pasado año, en que "el oficio del ajo, para traerlo trenzado, da mucho trabajo, y por eso muchos optan por venderlos en la tierra, que es menos costoso que venir a la feria. Eso sí, es más rentable", señaló, esperando que esta tradición no se pierda. Santos quiso aprovechar también la ocasión para tener un recuerdo para Feliciano Ferrero, recientemente jubilado como responsable de la Fundación Caja Rural y "alma mater" de esta feria.
Aun con menos puestos y el producto un poco más caro, el ambiente festivo en la avenida Tres Cruces era innegable. La escuela de baile Doña Urraca ponía el ritmo folclórico en las compras y Caja Rural regalaba abanicos de papel y caramelos, mientras que los zamoranos elegían sus ristras y cargaban para disponer de ajo en la despensa todo el año.
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Así que los carros de la compra se siguen llenándose con este producto tan tradicional y se empiezan a vislumbrar los nuevos tiempos, ya que algunos vendedores ofrecían la posibilidad de pagar mediante Bizum.
Opiniones de los productores
Desde Fuentesaúco, Alejandro González sigue la tradición de su padre y continúa viniendo a la feria. En su puesto, mil hilos de ajo blanco y morado, el preferido de los zamoranos "porque tiene más sabor y es más picante". También siguiendo la tradición estaba Valentín Seco, desde Villanueva del Puente. "Este año son unos ajos muy buenos, aunque con las tormentas, algunos se han abierto, pero están sanos y bien secos", describió.
En el puesto de Rocío Gangoso se anunciaba el carácter ecológico del ajo de Prado. "No lleva nada de herbicidas, la forma de cultivarlos es lo que nos diferencia y se traduce luego en el sabor, mucho más natural", asegura.
VÍDEO | La Feria del Ajo de Zamora desembarca en Tres Cruces: inauguración oficial
Como otros años, también había hueco para las cebollas. Desde Valcabado las trae Rafael Santiago, quien las describe como "dulces y nada picantes. La gente que las ha comprado otro años, vuelve", agradece, preocupado también por el futuro de la feria. "Me gustaría que siguiera, pero cada vez hay menos productores y podría desaparecer", advierte con pena.