Existen dos grandes piedras angulares que preocupan a los profesores en este curso 2022-2023. Se trata de la estabilización de los interinos y la adaptación de las programaciones a la nueva ley educativa, la Lomloe. Dos temas sobre los que se habló ayer en una charla organizada por la asociación de profesores Aspes en La Alhóndiga, dirigida por Miguel Álvarez, con el objetivo de disipar dudas y aportar un poco de luz a los docentes.

La estabilización del profesorado interino viene de un requerimiento desde Europa para reducir el número de profesores sin plaza en España, un problema que afecta a todas las comunidades. De momento, donde más plazas se asignarán será en la vía de la oposición habitual, pero se describen también dos nuevos procedimientos que todavía no están muy bien perfilados, como son la estabilización por concurso de méritos y una futura oposición simplificada, que solo tenga las pruebas del tema y de la unidad didáctica.

Un profesor imparte clases en un aula. A.G.T.

“El primer de ellos ya está en marcha en trece comunidades, pero es un proceso que no se sabe muy bien en qué va a devenir en un futuro ni se ve claramente si el profesor va a salir beneficiado o perjudicado”, advierte Álvarez. Sobre la oposición simplificada todavía no hay fecha, aunque se ha estipulado que la convocatoria deberá hacerse antes de 2024.

Las programaciones

Por otra parte, todos los profesores en activos están inmersos en la elaboración de una programación que debe estar acorde con la Lomloe. “La dificultad está en que se le exige que la asimile, la adapte y la entregue en base a una ley que todavía no tiene pautas claras”, critica Álvarez, quien señala que además se ha publicado el currículo de Primaria, ESO y Bachillerato, “pero todavía no de FP, escuelas de idiomas o conservatorios”, enumera, por lo que entiende el enfado de este requisito, con el que los profesores deben cumplir antes del fin de este primer trimestre.