La Opinión de Zamora

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Luz sobre el Renacimiento en Zamora: los Jerónimos en la provincia

César Isidro García pone en valor el papel del monasterio de la capital dentro la orden y apunta que un plano de esta construcción se utilizó como modelo para el del Escorial

En primer término, el investigador César Isidro García acompañado por Marco Antonio Martín Bailón y Ana Castro Santamaría. | J.L.F.

“El monasterio de San Jerónimo de Zamora tuvo su peso específico dentro de la orden”. Así de taxativo se muestra el historiador del arte César Isidro García, quien ha ahondado en la presencia de la orden desde el siglo XV hasta el momento actual en la provincia en su tesis doctoral, una investigación que ve la luz en el volumen “El arte de los monasterios Jerónimos de la provincia de Zamora”.

En el texto, publicado ahora por el Instituto de Estudios Zamoranos Florián de Ocampo y presentado en la Biblioteca Pública del Estado de Zamora, el investigador ahonda en las cuatro fundaciones que efectuó la orden en la provincia y dos que, por distintos motivos, no llegaron a buen puerto.

El primer convento surgió en la población de Montamarta en el año 1407 y se trasladó a Zamora en el año 1535. El cambio a la capital obedeció, principalmente, a que “se fue haciendo muy famoso y las familias que enviaban a sus hijos a formarse allí querían que estuvieran más cerca”, testimonia César Isidro. El traslado a la urbe a principios del XVI “era algo habitual en el momento” apunta el investigador que remarca que los “condes de Alba y Aliste también quisieron traerlo porque estaban creando su palacio (actualmente el Parador) y querían tener su panteón en el monasterio”.

La orden religiosa también contó con un monasterio en Benavente, cuyos restos se encuentran en la conocida como la huerta de don Pío, que funcionó desde el año 1527 hasta la desamortización, y en Tábara, donde se puso en marcha en el año 1559 aunque los religiosos solo estuvieron 20 años porque “no se entendieron con el patrocinado y a raíz de unos problemas lo cedieron” a otra comunidad.

Dibujo de Robert Ker Porter del convento de Benavente Cedida

El investigador también ha buceado en los dos intentos fallidos. El primero correspondió al monasterio de Santa María de la Victoria que acabó fundándose en Salamanca. “Francisco Valdés quiso ubicarlo entre Zamora y Toro y luego en la zona de Pinillos (la actual Pinilla) donde había ya muchos monasterios”, detalla el investigador.

El segundo fue una dotación de Alonso de Mera en el año 1553 para el convento de San Pablo y San Ildefonso en Zamora que iba a ser para una comunidad de religiosas, pero finalmente “las mandas testamentarias no se cumplieron y finalmente fueron dominicas” las que se asentaron, concreta César Amador Isidro García.

Vista de Zamora de Anton Van den Wyngaerde (1570) Detalle del monasterio de san Jerónimo. Cedida

La publicación recoge también 86 documentos transcritos tras un amplio rastreo en múltiples archivos a lo largo de una década de trabajo. Fruto de esa exhaustiva labor, el historiador refrenda que la traza del monasterio de Zamora la hizo Juan de Álava, uno de los grandes maestros del renacimiento castellano, pero que la continuación la llevó a cabo su hijo Pedro de Álava tanto en el monasterio de Zamora como en el de Benavente.

Traza del monasterio de san Jerónimo de Zamora que está en el Archivo Histórico Nacional Cedida

Arquitectura

El estudioso indica que el plano que efectuó Juan de Álava “se pidió como modelo para el monasterio del Escorial” y al entonces prior de Zamora, fray Juan Huete, lo llamaron como primer prior del Escorial dado que era gran conocedor de arquitectura. “Él trabajaba con los arquitectos diciéndoles las necesidades que tenían en cada uno de los claustros, dado que una de las características de sus construcciones eran los numerosos claustros”, comenta el historiador que en la presentación del libro, que ve la luz en la colección tesis del Florián de Ocampo, estuvo acompañado por el presidente de la institución cultural, Marco Antonio Martín Bailón, y por la profesora de Historia del Arte de la Universidad de Salamanca, Ana Castro.

Restos de un arco en el Museo Provincial de Zamora Cedida

El monasterio de Zamora, que contó con muchos religiosos aunque cuando cerró únicamente contaba con 19, tuvo su peso específico dentro de la orden. “En su momento salían a fundar a Valladolid o a Palencia porque era uno de los más importantes de la orden en España”.

No obstante, para este docente lo relevante de su investigación reside en “ver todo lo que aportó la orden en Zamora en la Edad Moderna cuando parece que en Zamora el renacimiento pasó un poco de largo porque sus edificios han desaparecido”.

El cuadro de San josé con el niño Cedida

Localiza una pintura que custodia el Provincial

Entre las obras que el investigador ha conseguido localizar en sus pesquisas figuran un cuadro de San José con el Niño que actualmente se encuentra en depósito en el Museo de Zamora. César Isidro García ha logrado dar con la pieza en “los inventarios” del monasterio de Zamora. “Hasta ahora aparecía como de procedencia desconocida desde la desamortización, pero encaja con la descripción y las medidas”, testimonia.

fragmento cerámico del monasterio zamorano Cedida

El centro zamorano también cuenta con el cuadro de El Descendimiento, procedente del Museo del Prado que estuvo en el convento zamorano, restos cerámicos así como las dovelas de un arco del monasterio. “Las obras que custodia, sin duda, son las mejores”, sentencia el profesor que alude a que en la Catedral de Zamora se encuentran también la imagen del Cristo de las Injurias y en su museo, la escultura de mármol de la Virgen con San Juanito de Bartolomé Ordóñez.

En el Museo Diocesano, además, pueden contemplarse una Anunciación y en Benavente hay “posiblemente dos esculturas y ropas litúrgicas custodiadas en Santa María del Azoague”, enumera César Amador Isidro García.

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