“La valoración general es maravillosa”, confiesa Ramón Enríquez, miembro de Baychimo Teatro, la compañía encargada de repetir en Zamora el Festival de Artes Escénicas para la Primera Infancia JEN, en el último día del programa. Considera que se ha logrado el objetivo de “proporcionar a los más pequeños, como ciudadanos que también son, un acceso a la cultura que consideramos fundamental”, subraya.
Desde el pasado 30 de septiembre, compañías de primer nivel especializadas en teatro infantil se han pasado por el Museo Etnográfico de Castilla y León para presentar sus propuestas un público que también puede ser exigente, por lo que hay que saber cómo atrapar su atención para mantenerlo dentro de la trama. Esa cercanía de los artistas le ha servido a Baychimo Teatro para ver desde otra perspectiva la forma de trabajar de estos compañeros con un público muy joven y comprobar cuáles son los recursos que les funcionan.
A esta aventura teatral se han unido en esta segunda edición también profesionales que no suelen estar acostumbrados a tener en el patio de butacas a espectadores tan pequeños. Es el caso de artistas zamoranos como Suricato Morse o la Asociación Etnográfica Bajo Duero, que se animaron a participar en este viaje por invitación de Baychimo Teatro. “Tienen otros procesos creativos, no es su espacio habitual el estar con los niños, pero para ellos fue también una manera de combatir contra el prejuicio de enfrentarse a un público infantil”, aprecia Enríquez. De esta colaboración nacieron las propuestas de un taller de nanas tradicionales o el concierto “Pequeños sonidos, grandes oyentes”.
Nuevos escenarios
La tercera pata para que este festival haya sido completo radica en el deseo de los organizadores de llevar la cultura fuera del escenario habitual —en este caso, el salón de actos del Etnográfico—, lo que le ha hecho trabajar con diferentes colegios de la capital. “La campaña escolar que pusimos en marcha quería garantizar el acceso generalizado a la cultura, no solo para aquellos que son espectadores habituales, sino lograr que todos los niños se acercaran al teatro. La respuesta no ha podido ser más positiva”, asegura.
Una apertura de fronteras en torno a lo cultural que también les ha llevado a recorrer diferentes barrios de la ciudad, desde Pinilla, hasta La Horta, Vista Alegre, Los Bloques, San José Obrero o San Frontis. “Nos ha gustado ampliar esta visión cultural a más ciudadanos de Zamora, descentralizar las acciones y encontrarnos con la gente en su contexto”, asegura.
Disfrutar en familia
“Tanto los niños como los padres que los acompañaban han sabido jugar con lo que estaba sucediendo en el escenario, es decir, se han relacionado y disfrutado con el espectáculo”, valora Enríquez, quien agradece la cariñosa respuesta que ha recibido este festival por parte del público zamorano desde el primer momento. “Siempre que organizas algo diferente, tienes miedo a que no sea aceptado, pero las reservas se agotaron en poco tiempo, lo que fue un primer golpe maravilloso. Sentirse respaldado es algo fundamental para nosotros”, reconoce.
Además, son muchos los que han repetido experiencia durante estos días, ya que cada obra era totalmente diferente a la anterior. “Cada espectáculo tiene unas características técnicas distintas para contactar con el niño y con sus capacidades, tanto de percepción como de desarrollo intelectual y sensorial, teniendo en cuenta su edad”, explica el miembro de Baychimo Teatro.
Tercera edición
Cierra esta segunda edición del Festival de Artes Escénicas para la Primera Infancia JEN con un muy buen sabor de boca y con la vista puesta en una futurible tercera edición —la primera se celebró en 2016—, agradeciendo la colaboración y confianza de la Concejalía de Cultura y del Museo Etnográfico de Castilla y León “que nos permiten desarrollar estas acciones con los niños como protagonistas”.
