Como es costumbre en cada edición, Ecocultura, la feria hispanolusa de productos ecológicos que concluye este domingo en Ifeza, cogió color durante la jornada sabatina, lo que espoleó las ventas entre unos expositores satisfechos, en líneas generales, por el movimiento percibido en el recinto: “Directamente, hemos vendido el doble que el año pasado”, admitió Vicente Sanz, desde uno de los puestos con mayor demanda. Muchos zamoranos acudieron a propósito en busca de sus aceites aliñados “únicos” y cumplieron con lo que ya es una tradición anual: “Somos como familia”, deslizó el responsable de la empresa alicantina Agrisanz.
La afinidad con Zamora
En general, los expositores más veteranos coincidieron con su compañero en esa afinidad con el público, fraguada a lo largo de los años. Ecocultura celebra su decimoctava edición en 2022, y algunos participantes han sido fijos durante toda esta dilatada trayectoria. “Si repetimos es porque hay buenos clientes”, apostilló la representante de La Presa, Elena Melón. En su caso, los lácteos elaborados con leche de cabra protagonizan un catálogo de productos que se benefician del creciente aprecio del público zamorano por “lo ecológico y lo natural”.
También la comida vegana va ganando terreno de un tiempo a esta parte, como constató este sábado Adrián Alonso, representante de The Veggie Pita Point, una empresa que ha acudido a Ecocultura para cocinar y vender sus elaboraciones caseras a base de vegetales y legumbres. “Lo mejor es venir y probar”, recomendó el trabajador de esta firma procedente de Granada. Los nachos, el hummus o el pan pita lograron convencer a parte del público sin necesidad de incluir carne o pescado: “Estamos dando un pasito adelante y lo vegano ya no es raro”, celebró el hostelero tras la barra.
También con buenas perspectivas, Luisa María Sánchez reconoció la capacidad de Ecocultura para acelerar la toma de contacto directa con el cliente, un proceso clave para el modelo de negocio de La Cuba, una empresa pacense que trabaja con higo seco: “De otros años ya tenemos gente que compra”, abundó la responsable de la empresa, sabedora de que hay asistentes como Soraya Báez que, en cada edición, van en busca de productos concretos y lo que surja.
En su caso, esta mujer se desplazó a Ifeza para llevarse queso y aceite, y para pasear sin prisa entre los 120 espacios habilitados en esta ocasión para la muestra: “Venimos de un mes un poco cargado de actividades en Zamora, pero siempre viene bien que haya cosas”, comentó esta ciudadana tras constatar la buena afluencia que acostumbra a tener Ecocultura.
Las vueltas por los stands y la esperanza de comprar productos de calidad atraen al grueso de los visitantes, aunque algunos acuden también animados por los talleres que se celebran en el marco de la feria. La ecoconstrucción llamó la atención esta vez de personas como Manuel Hernández: “Nos pusieron un vídeo de un montaje de dos alturas sobre un edificio ya existente, y la verdad es que es algo que sorprende”, explicó el zamorano, que lamentó la escasez de público en este espacio, pero que sí valoró positivamente que Ecocultura ofrezca este tipo de actividades. El tiempo para disfrutar de todos los detalles de la feria acaba este domingo, aún en horario ininterrumpido de 11.00 a 21.00.
