Castilla y León y las zonas del norte y del centro de Portugal: tres regiones y dos países que pretenden unirse como un único destino para los visitantes. La Junta ha fijado la vista en el país vecino para dar forma a un gran territorio que funcione como polo de atracción turístico a nivel internacional. La idea se empezó a fraguar antes de la pandemia, pero es ahora cuando está tomando forma, de la mano de los representantes de las instituciones implicadas en la causa.

No en vano, la directora general de Turismo de la Junta, la zamorana Estrella Torrecilla, se reunió este miércoles, en la sede de la Fundación Rei Afonso Henriques de la capital, con su homólogo de la zona norte de Portugal, Luis Pedro Martins, y con el representante de la parte central del país vecino, Pedro Machado, que se unió al encuentro vía telemática.

Torrecilla subrayó tras la cita que las tres regiones están trabajando de manera conjunta “en distintas acciones de promoción y dinamización del territorio”, con la vista puesta en que este espacio cercano a la frontera se convierta en “una gran macrorregión europea”.

La directora general de Turismo recordó que estos territorios cuentan con una serie de productos de gran calidad, ligados por el espacio Duero-Douro, un entorno que constituye “un elemento dinamizador de primera categoría a nivel internacional”, según aseguró la propia Torrecilla.

Por su parte, Luis Pedro Martins hizo énfasis en “la gastronomía, los vinos o el patrimonio” que ofrecen estas regiones, y destacó su capacidad para atraer eventos culturales o deportivos que permitan darle un empujón a la zona. El representante del norte de Portugal abogó por una promoción conjunta a nivel internacional y coincidió con Torrecilla en las posibilidades que se abren a través de los fondos europeos para plasmar en algo concreto todas las ideas que han surgido a lo largo de la fase de trabajo ya iniciada.

Ausencia de conexiones

La convicción de los representantes turísticos de las regiones quedó patente en la comparecencia, aunque existen algunos escollos para la conexión efectiva de estas regiones que tienen a Zamora como uno de los ejes centrales de su recorrido a través del Duero. Una de esas piedras en el camino es la demora en la construcción de determinadas carreteras, como la autovía que debe conectar la capital de la provincia con la frontera a través de Aliste.

En ese sentido, Torrecilla señaló que “ese es el tramo de autovía que falta hasta Oporto” e incidió en la importancia de hacer ver al turista que “es fácil llegar hasta aquí y también moverse por el territorio de frontera”. A juicio de la directora general, “las comunicaciones resultan esenciales”, una afirmación que no solo vinculó a las ligaciones físicas, sino que unió también a la conectividad y a las nuevas tecnologías: “Servirán para dar vida a esos pueblos que están viviendo momentos cada vez más complicados”, aseguró.

Mientras esas cuestiones se resuelven, la voluntad de estas regiones se fortalece y el trabajo para que todo esto dé sus frutos ya ha comenzado. El propio Martins aclaró que ya se está hablando con las instituciones europeas para trasladar la idea de que “el turismo transfronterizo es cada vez más necesario”, y explicó que el plan es darle la vuelta a la definición de frontera que aparece en el diccionario para dejar atrás la idea de que hay una línea que separa a estos territorios tan próximos.