Otra de las damnificadas por la limitación de las actividades en la calle, de las procesiones, es la popular Tarasca de Zamora, que tiene dos citas con los zamoranos a lo largo del año: vísperas y festividad del Corpus Christi. Dos momentos de los que el año 2020 se ha visto privado debido a las restricciones por el COVID. Eso no obsta para felicitar a La Tarasca en el día dedicado a santa Marta, este 29 de julio.
Desde 1999, la agrupación belenista La Morana se encarga de su custodia, cuidado y puesta a punto para todos estos actos. Precisamente, en mayo del pasado año, La Morana llevó a cabo la última gran puesta a punto del conjunto recreado en 1886 por Ramón Álvarez. Como en cualquier ingenio elaborado por don Ramón, en La Tarasca zamorana se aprecia el gusto por los detalles. El artista coresano concentraba su atención en aquello que todo el mundo vería. En Marta venciendo al dragón en la localidad francesa de Tarascón, "lo importante era el rostro, las manos y los pies, pero con un toque más cuidado del resto que otros artesanos", describía en este diario Miguel García, restaurador salmantino que se hizo cargo de la intervención.
En cada parte del armazón y de la propia santa blandiendo la lanza sobre el cuello del animal fantástico se aprecian las soluciones que don Ramón empleaba, no solo para lograr ese "efectismo" tan característico, sino también para que aquello pudiera durar, en este caso y hasta la fecha, casi siglo y medio.
Actualmente, La Tarasca se encuentra expuesta en un espacio específico del Museo Etnográfico de Castilla y León. No es la única santa Marta. Granada, Toledo, Barcelona o Valencia también tienen sus Tarascas en las celebraciones del Corpus. Zamora, con La Morana al mando, ofrece una cuidada representación que atesora el cariño de los zamoranos. Sobre todo, cuando los voluntarios del grupo conducen al dragón por las calles zamoranas y el humo de su interior regala la típica estampa de La Tarasca en la ciudad.
