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Una vida consagrada al prójimo y de servicio a los demás

Una vida consagrada al prójimo y de servicio a los demásE. F.

Francisco Díez García, don Paco, nació en Tábara, aunque durante su juventud estudió en el seminario de Toro, donde formó parte de la primera promoción del año 1952. Su primer destino fue un pueblo de Carrascal, para ser luego ser secretario del obispo Eduardo Martínez. Sin embargo, pronto dejó los despachos para acercarse al pueblo. Así, estuvo 21 años en la parroquia de San Lorenzo, en Los Bloques. Ahora lleva ni más ni menos que otros 25 en la de la Natividad, en el barrio de Alviar.

Años en los que se ha dedicado a los más necesitados, aunque también le queda tiempo para llevar a más de 200 chicos y chicas cada año a Sejas de Sanabria, donde organiza un campamento cada verano.

Luchador incansable, siempre ha sentido la necesidad de ayudar a al prójimo. Tanto, que incluso viajó hasta los Balcanes, durante la guerra, para traerse a varias personas refugiadas que vivieron en Zamora. "Una persona llena de bondad, generosidad, amabilidad, cariño y humildad", según una vecina que mandó una carta a este periódico para felicitarle por su labor.

Un trabajo que a lo largo de estos años le ha granjeado, además del cariño de la gente, que quedó además demostrado hace unos días con el homenaje que le rindieron los vecinos, con el premio "Valores Humanos" que le otorgó la Fundación Caja Rural.

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