La cocina sirve para alimentar el cuerpo y el flamenco para dar sustento al alma. Eso cree Eva Valle, cantaora zamorana de El Pego, que hoy actúa en el Teatro Principal de la capital (21:00 horas). Por eso, porque lo cree, lleva tiempo ahondando en estas dos disciplinas. Estudia Dirección de Cocina, un grado medio que le servirá para mejorar las cosas del comer y hacerles la vida más fácil a los comensales. Lo del jondo es otra dimensión, es la fuente en la que ha bebido desde niña, la balsa a la que se ha agarrado para sentir, para entender que la vida es un mar que se achica cuando llega la tormenta y que el océano más inmenso se torna Guareña estival si suena una seguiriya con "sentío".

Cocina y cante grande viven en la misma orilla. Que lo sabe muy bien la familia de Eva. Su padre, Clemen, es un ejemplo de hostelero y artista de abajo, de los que da la tierra y no necesitan subirse a la copa de los chopos para que los vean, para que los escuchen. La hija es consciente de ello y por eso le hace caso a pesar de las regañinas. "Nos hemos acostumbrado a estar juntos, cantamos a todas horas, en el bar, en casa, en la bodega. Me corrige, nos enfadamos, nos contentamos, no hay problemas. Es mi maestro, además de mi padre y entiendo que a veces sea duro conmigo. Es exigente porque debe serlo...".

Dulcificar la amargura del jondo

"Por derecho" es el espectáculo que esta tarde-noche presenta la de El Pego en el Principal. Un repaso a la pureza del jondo más descarnada que cuenta diez de vez en cuando para sumergirse en aguas menos duras, más acariciantes. La barca navegará por las aguas turbulentas del cante que se enrosca en la garganta hasta inflamar el alma y se paseará también por el lago acariciante donde viven los sones festeros, que no solo de soleá viven los humanos, que también necesitan sacar a pasear el cuerpo de jota y para eso nada mejor que entrar en los bajos calientes de las alegrías, los tangos o las bulerías.

"Pretendemos que el espectáculo tenga una dimensión circular, que vaya de lo fuerte a lo suave, que atrape a los espectadores, que haya comunión también con aquellos que buscan en el flamenco un punto de luz para darle alegría a la existencia...". Eva Valle, 24 años, es ya más que una promesa del flamenco zamorano, un arte local que en los últimos años ha salido del armario, es una firme realidad que quiere vivir del cante, que pretende hacer felices a los demás, llevándolos en volandas hasta el clímax de la emoción.

La viola, el hecho singular

No es "Por derecho" un espectáculo al uso. Está pensado para hacer sentir y por eso va más allá y sondea aquí y allá. Y a fe que encuentra respuestas utilizando las armas de siempre: el despertar sincopado de la garganta y las cuerdas de aire de la sonanta, además del baile que siempre activa el embrujo y los sueños ondulados. Pero es más, porque en medio del fragor de la batalla aparece la aguja que penetra hasta el interior que no tiene cuerpo, que pincha en los huecos hasta hacer manar un líquido con alma femenina que lo inunda todo. Es la viola, un instrumento que se acopla como el bañista al agua y dulcifica el espectáculo hasta hacerlo río por donde bajan las tablas a las que se agarra la emoción.

"Por derecho" tiene vida propia que ha ido creciendo en escenarios de Valladolid, Castroverde de Campos, El Pego... Pero no es una existencia lineal, de las que se queda quieta en una esquina, no. Cada vez que se abre al espectador tiene aristas diferentes porque no hay dos días iguales y hasta cuando hace sol de justicia, la brisa no tiene el mismo apellido. "Siempre cabe la improvisación, influye mucho como esté el público que es el que te lleva y todo lo hace distinto. No queremos un espectáculo encorsetado, sí abierto a las emociones, a ese punto que no sabes dónde está".

El prestigio de Zamora

Eva Valle no cree que ser zamorana y vivir al norte del corazón jondo reste, qué va: "Cuando vas fuera notas que esta provincia tiene prestigio en el mundo del flamenco, es querida, los cantaores hablan muy bien de Zamora, del respeto del público, del conocimiento que hay de los palos. Eso lo hemos ganado a pulso y es todo un orgullo...". Y sabe que ya no hay arcanos, que todo vive en la red de redes: "Ahora es más fácil aprender, todo está en Internet; escuchas a los cantaores que quieres (a ella le gustan mucho Antonio Mairena y las hermanas Fernanda y Bernarda de Utrera), todo está cercano, a toque de clic...". Quiere vivir de cantar y para eso se está preparando, es consciente de que no va a ser fácil, pero en ello está. Su sueño va con ella desde que era una niña e iba cantando al colegio. "Ahí viene la niña de Clemen...", decían las vecinas. Y aquí está, aunque va de humilde: "Me falta todo por aprender, el camino es largo pero estoy dispuesta a andarlo...".

Es consciente de que el cante universal vive momentos mágicos en Zamora, que no hay programa festivo que no incluya una velada o un festival de jondo (o de sus orillas), que ahora más que nunca se respiran aires sureños en la provincia y que el trabajo de muchos años ha dado sus frutos. Guarda en su garganta melismas de pureza, pero sabe que el jondo a veces se atraganta. Y por eso no condena al flamenquito ni la rumba universal porque sabe que es la senda por la que caminan muchos jóvenes hasta encontrarse con el arte de Silverio Franconetti. Y no, no cree que Rosalía haga flamenco, sí arte, pero no jondo. "Es verdad que algunas de sus canciones suenan a flamenco, hay notas por debajo, algún compás familiar, pero no; es otra cosa...". En todo caso, cree que la artista catalana va a ayudar a acercar al cante grande a muchos jóvenes: "Solo por eso hay que estarle agradecidos".

Con mucha clase

El programa de esta noche no se acaba en un momento (el espectáculo durará cerca de dos horas) e incluye seguiriyas, soleares, tangos, tangos trianeros, bulerías, alegrías... Un elenco muy amplio de palos para encantar al público y que ha sido aprendido en espacios de El Pego y Valladolid, donde ensayan con asiduidad la artista y sus músicos.

Eva Valle estará acompañada (como en casi todos los escenarios donde actúa) por el guitarrista Antonio Regalado, quien se ha formado con virtuosos de la sonanta tan prestigiosos como Pascual de Lorca y Antonio Carrión. También pondrá su toque especial y su magia Oscar Vecino. Ana Soto dejará en el Teatro Principal impronta de bailaora profunda, racial. La vallisoletana ha compartido clases con Matilde Coral, El Güito, María del Mar Moreno y Antonio el Pipa. Ha participado como bailaora solista en numerosos espectáculos. La singularidad corre a cargo de Raquel Llorente, una virtuosa de la viola. Natural de León, su manera de entender el arte la ha llevado a ahondar en el mundo del flamenco, un universo lleno de posibilidades creativas. A las palmas están anunciados Aarón Ferreruela y Óscar Vecino.

Mimbres del Guareña

La cantaora de El Pego quiere en la velada de hoy del Principal agradar más que nunca y está convencida de que el público va a responder. "Los zamoranos son gente entendida que están apoyando mucho a los artistas locales y estoy convencida de que lo van a volver a hacer. Sé que no vamos a defraudar".

Eva Valle ya tiene apalabradas varias actuaciones para este verano y quiere empezar con fuerza. No será el de esta noche un espectáculo al uso, seguro que deja poso y que habrá quien lo apunte en rojo en su calendario particular. Las mimbres del Guareña ya han tomado forma y el contenido y el continente del recipiente son puro lujo. Ya verán, ya.