El Partido Popular de Zamora no solo cedió el segundo diputado por primera vez desde que la provincia reparte tres, sino que pasó a ser la segunda fuerza tras el PSOE después de unas elecciones generales nefastas para sus intereses y que supusieron un descalabro a nivel de votos y escaños en la práctica totalidad de las circunscripciones.

En el caso concreto de Zamora, la caída con respecto al 2016 fue de 20.000 votos. De 52.000 a 32.000, en un resultado que incide en una dinámica que ha provocado que los populares tengan ahora la mitad de los apoyos en la provincia que después de las elecciones del 2011.

En aquellos comicios, que llevaron a Mariano Rajoy a la Moncloa con una mayoría absoluta, el PP de Zamora tuvo casi un 58% de los apoyos. Ahora se queda en poco más del 29%. En votos, la caída en estos siete años y medio va desde 68.228 hasta los 32.511. Eso sí, con un censo inferior.

De hecho, el Partido Popular llegó a acostumbrarse, en los mejores años, a sacar el mismo porcentaje de votos en Zamora que esta vez ha acumulado con el PSOE. Eso sí, por el momento, nadie ha hablado de depurar responsabilidades tras esta derrota sin paliativos.