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El otro derbi: Gitanos vs Guardia Civil

La comunidad calé y la Benemérita disputan un singular encuentro de integración en el torneo inclusivo "Empata2", organizado por la Fundación Intras y Cáritas con el apoyo de La Caixa

El otro derbi: Gitanos vs Guardia Civiljosé luis fernández

Al grito de "¡Viva la Guardia Civil!", la escuadra gitana salía ayer a la pista del pabellón Manuel Camba para disputar un encuentro con la mismísima Benemérita. El partido era, cuando menos, singular.

Lo cierto es que a lo largo de la historia la relación entre los dos colectivos no ha sido la más amistosa. De ahí que ayer ambos equipos se citaran en la Ciudad Deportiva para jugar un partido de integración enmarcado en el torneo "Empata2", una competición inclusiva organizada al alimón por Cáritas y la Fundación Intras y financiada por la Obra Social La Caixa.

Los chascarrillos eran inevitables. "A ver si les ganamos y luego nos piden el seguro del coche o algo", bromeaba Jacob antes del choque. "Es divertido porque te ríes y haces migas con ellos", comentaba durante el calentamiento el capitán romaní Gerson, quien no dudaba en arrancar con un chiste de gitanos y guardias civiles: "Esto era un gitano que iba a 250 kilómetros por hora y le saltaba el radar...".

Por fortuna, no se conocían entre ellos, o al menos no por motivos laborales. "Yo conozco de toda a la vida a Jesús porque vivíamos en el barrio de Puerta Nueva, además ahora los dos nos hemos trasladado a Los Bloques y también somos vecinos", comentaba el agente Alberto en alusión a su amigo gitano Jesús.

Por librarse, no se libraba ni el árbitro de las bromas. "En lo que va de torneo se han comportado los dos equipos muy bien o sea que no creo que pase nada, estoy tranquilo, aunque mis amigos me han hecho la típica broma de: "¡Verás, Cristian, que te toca salir corriendo del pabellón!", contaba entre risas.

Gracias y clichés aparte, tal y como razonaba Santa, el entrenador de la Benemérita, lo importante era disfrutar de una bonita jornada de convivencia gracias al deporte. "Ya han quedado muy atrás todos los aspectos negativos relacionados con las diferentes vivencias históricas que la Guardia Civil ha tenido con el colectivo de la raza gitana", sostenía antes de que el balón echara a rodar. Un tempranero gol de los gitanos en el primer minuto abrió el marcador. Sin embargo, los "verdes" lograron darle la vuelta al resultado apenas unos minutos después. "¡Eso es penalti, que le han metido un patadón!", se escuchaba con guasa desde el banquillo. "¡Vaya mano!", se oía poco después. Tras treinta minutos de juego, el pitido del colegiado señalaba el final del encuentro, marcado por la cordialidad.

Exhaustos, el conjunto cañí alegaba falta de forma física para analizar la derrota. "Claro, es que nosotros salimos, nosotros bebemos... ", ironizaba uno. "Al fútbol nos ganan, pero en juerga les ganamos nosotros", apuntaba otro en tono jocoso. Lo cierto es que el resultado numérico era lo de menos. Lo importante era haber cumplido con dos de los objetivos principales del torneo: "crear oportunidades para que todas las personas puedan ejercer el derecho ciudadano que supone la práctica deportiva" y "fomentar la inclusión social en un contexto alternativo que permita a todas las personas, independientemente de su situación social, participar en condiciones de igualdad como deportistas". Personas sin hogar, usuarios de la Fundación Personas y de Proyecto Hombre y jueces son otros de los equipos "rivales" de este torneo en el que la inclusión gana por goleada.

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