En dos años, prescribirá el delito por el asesinato de Susana Acebes Carballés, ocurrido en su piso de San José Obrero el 16 de septiembre de 2000. La familia vive inmersa en la pesadilla de que no se haga justicia, de que el asesino siga viviendo ajeno al castigo cuando todos los indicios apuntan a la última pareja de la víctima. La "impotencia y la rabia" se abren paso entre el dolor y la pena por una pérdida que mantiene rotos a su hijo -tenía cinco años entonces-, a sus padres y a sus hermanas, incapaces de pasar el duelo mientras el asesino no esté entre rejas.

"No sabes la de noches que he soñado con que empezaba el juicio y entrando en la cárcel". Quien habla es Estrella Acebes Carballés, la hermana de la joven asesinada a los 26 años, quien destaca la "decepción" por una investigación "llena de lagunas e insuficiente" de la Policía Nacional, "no se ha investigado bien ni al inicio del caso ni durante estos largos 18 años de espera", que van lastrando la esperanza de una familia que vuelve a pedir "que se retome el caso desde Madrid, por un equipo de expertos", reclama Estrella, "yo ya no tengo nada que perder, ya nos lo han quitado todo".

Y mira a otros asesinatos más recientes en los que no se han escatimado medios, mientras que en el de Susana "ha habido muchos fallos y muy gordos, empezando por el informe de la autopsia, con datos contradictorios", relacionados con el preservativo que el asesino, con toda seguridad, colocó en la vagina de la víctima después de estrangularla con la camiseta, tras propinarle varios golpes con un objeto contundente mientras dormía en su cama, de donde cayó al suelo, al pie del lecho, donde la mató.

Los intentos de los últimos siete años por reabrir el caso del crimen de la joven Susana en su domicilio de la calle de la Salud han sido en vano. No ha sido suficiente ni la nota escrita de puño y letra por la víctima dos días antes de su mortal agresión que la Policía localizó en el interior de una maleta que guardaba en el sobrado en el registro del domicilio de su última pareja efectuado en 2006, tras ser denunciado por quien era su pareja. El hombre con el que Susana había roto en agosto de 2000 -quien no dejaba de seguirla y controlarla, según ella misma había confesado a la familia- guardaba en esa maleta una trenza de la víctima; recortes de prensa sobre el asesinato; pasquines de la familia para pedir colaboración ciudadana; y un certificado de defunción de la joven fechado dos meses después del crimen, el 13 de noviembre.

Los hallazgos reactivaron el caso en el año 2012, pero se volvió a cerrar al poco tiempo. De nuevo, "no había pruebas consistentes para continuar con la investigación". Sin embargo, Estrella y el abogado consideran que no se ha indagado lo suficiente sobre esa nota que contiene la dirección de su hermana Cristina en Holanda.

Cuando la Policía Nacional pidió explicaciones al exnovio de la fallecida sobre por qué tenía en su poder aquél papel, este aseguró que la propia Susana se lo había dado. Una contradicción más en sus declaraciones, señalan, puesto que "él había dicho a la Policía que hacía una semana que no veía a mi hermana y Susana habló con Cristina el 14 de septiembre, dos días antes de que apareciera muerta" la mañana del día 16, que era sábado. La pregunta está clara, "¿cómo aparece entonces la nota en la maleta?" del expareja, indica el abogado, Patricio Alonso.

La respuesta sigue en el aire a su entender. "¿Por qué no se ha reabierto el caso para contrarrestar esa versión?". El abogado de la familia desde hace siete años pidió al juez que llamara a declarar a Cristina para que confirmara la conversación telefónica del 14 de septiembre en la que facilitó su dirección en Holanda a su hermana porque iba a ir a visitarla. Esa toma de declaración habría permitido interrogar después al supuesto asesino

El juez denegó la prueba, al igual que cuando se solicitó investigar el 17 de diciembre de 2017 la autoría de mensajes que aparecen en las Redes Sociales, textos que aluden al asesinato de Susana y aparecen en páginas diferentes de Internet. La prueba no se considera suficientemente sólida para reabrir la causa, archivada provisionalmente de nuevo desde 2012.