Eloy Tizón | Escritor: "El cuento moderno presenta aspectos de la poesía y la novela"

El escritor madrileño Eloy Tizón participó ayer en un encuentro con lectores promovido desde la biblioteca municipal de La Candelaria.

-Usted con el libro "Velocidad de los jardines" marcó un punto de inflexión en el mundo del cuento en España hace ya un cuarto de siglo.

-Lo de este libro ha sido algo bastante insólito. Se trata de un libro pequeño de cuentos que en su momento tuvo una buena acogida, pero muy pocas ventas. Sin embargo, ha ido funcionando el boca oreja y se ha creado un eco alrededor del libro. Realmente, yo no tengo conciencia de haber revolucionado nada. Lo que hice fue hacer literatura lo mejor que sabía. La repercusión de lo que haces queda siempre en manos de los lectores y es completamente azarosa.

-Pero que un volumen de cuentos se haya convertido en un libro de fondo, tal y como definen los libreros a esas publicaciones, supone ?

-¡Es un milagro! (risas). Es, sin duda, un fenómeno bastante inusual. He visitado bastantes librerías y distintos clubes de lectura y he sentido que es un libro que despierta bastante cariño entre los lectores. Más allá de la valoración literaria, toca alguna fibra que hace que se encariñen con el libro, lo que es una sensación cálida y reconfortante. La escritura de este cuento fue una apuesta drástica por mi parte. Fue un libro de jugárselo todo en él. Tenía claro que lo mío era la literatura, pero tampoco sabía si el libro tendría posibilidades de ser publicado. Es de los gestos que se hacen al inicio de una carrera, lo das todo y si sabe bien, bien y sino, pues te hundes con todo.

-En su apuesta ¿por qué eligió el relato corto como género?

-Se debe al amor como lector que se impuso sobre el escritor. Como lector adoraba a determinados escritores como Cortázar, Borges u Onetti? y tuve el pensamiento loco de querer emularlos. El cuento era lo que más me había hecho vibrar como lector y era el género en el que quería probar suerte. Mi concepto del relato es una forma de búsqueda, de estar abierto a lo imprevisto que es lo que hago cuando escribo, pues cuando creo entro en un estado de apertura mental que facilita encontrarte hallazgos repentinos.

-Sus cuentos rompen con la narración corta más tradicional.

-Efectivamente no son cuentos convenciones que no siguen los parámetros clásicos del cuento tradicional con el conflicto, la transformación de personaje... yo intenté hacer algo que se salieran de esa ortodoxia. Son cuentos que se centran más en lo atmosférico que se aproximan más a la música que a la propia literatura. No son cuentos conclusivos.

-¿Adrede?

-Sí, bastante (risas). En esa época veía mucho cine y el séptimo arte me dio muchas pistas de cómo construir relatos. No tanto por la estructura cerrada del guion, sino la potencia atmosférica que puede tener una imagen en una pantalla. Esa fuerza onírica que desprenden las imágenes me llamó mucho la atención y la quería traducir a la hora de escribir relatos.

-Usted ha escrito más libros de relatos y novelas, pero ¿qué supone para usted la narración corta?

-Es el elemento central en mi trabajo. He escrito tres libros de relatos y tres novelas, pero las novelas han tenido muchísima menos repercusión que los volúmenes de relatos. Si yo ocupo algún espacio dentro del mundo de la escritura es gracias a los libros de relatos. La novela sigue siendo el género más minoritario, pero hay unos lectores muy fieles que defienden y siguen con mucho interés el cuento y que han hecho que existan editoriales centradas en este género.

-Como lector es un enamorado del cuento, pero como escritor ¿qué posibilidades le brinda la narración corta que no encuentra en la escritura más amplia, en la novela?

-Hay un trabajo con el lenguaje que a veces admite una intensidad verbal, al ser un formato breve, que quizá en una novela sería imposible de mantener. El cuento moderno tiene algo de híbrido entre la poesía y la novela que puede, si se hace bien, tomar lo mejor de ambos mundos. Por un lado, la intensidad emocional que puede tener la poesía y por otro, el andamiaje estructural de la novela.

-¿Ha coqueteado con el microrrelato?

-Sí, pero me resulta demasiado breve. Me gusta lo breve, pero no tanto. (Risas). Me gustan los cuentos de doce o quince páginas donde uno puede sumergirse a fondo en una historia, la trama evoluciona... En los microrrelatos todo es demasiado fugaz para mí. Necesito un poco más de poso y que la historia coja más hondura. Como lector me parece un fenómeno interesante dentro de la literatura, pero no se adapta a lo que yo busco.

-Usted se lo jugó todo con su primer título. ¿Percibe que los autores emergentes lo hacen?

-Yo creo que sigue habiendo la figura del escritor, por mucho que cambien las circunstancias, que apuesta ciegamente por la literatura. En los talleres que imparto se le reconoce rápidamente cuando llegan a clase, pues son personas que están muy comprometidas con su escritura y que van a arriesgar lo que sea por sacar adelante su proyecto. Es un perfil muy variado, aunque por estadística priman las personas de unos 30 años que han concluido una carrera universitaria y están empezando a trabajar y tienen esa inquietud de escribir.

-Eloy Tizón ¿qué tiene entre manos en estos momentos?

-Estoy con un libro que creo que es de relatos (risas). Digo que creo porque son relatos protagonizados todos por el mismo personaje. No dejan de ser historias independientes que tienen un nexo en común que es el protagonista que quizá tiene algo de mí. (Risas).