El anciano de 84 años investigado por agredir sexualmente a una joven discapacitada de 22 aparece en grabaciones realizadas con un teléfono móvil que servirían como prueba del presunto delito, según ha podido saber este diario. La gravedad de los hechos de que se le acusa, ocurridos desde finales de 2017 en la casa del hombre, llevaron a la juez de guardia a decretar el inmediato ingreso en prisión del vecino de Zamora el pasado jueves, tras interrogarle. El investigado ha abandonado Topas después de pagar 4.000 euros de fianza exigidos por la Fiscalía Provincial.

La joven relató en su declaración que el hombre de 84 años, cuyo nombre responde a las iniciales de M.F., le pedía ayuda para acudir a regar sus plantas a su casa y que, una vez en el inmueble, aprovechaba para abusar sexualmente de ella, de acuerdo con el relato de la denunciante. De modo que, mantenía relaciones con penetración en varias ocasiones, mientras que en otras, al parecer, no conseguía el acceso carnal por limitaciones físicas derivadas de la avanzada edad, según la información obtenida por La Opinión-El Correo de Zamora y los hechos que describió la joven.

El investigado, que regentó durante años una pajarería en el centro de la capital, conocía a la joven, con una incapacidad psicológica del 67%, desde hacía tiempo, lo que le sirvió para ganarse su confianza cuando volvió a encontrársela en los mercados de segunda mano de los domingos que se celebran en Zamora.

Esa aproximación le sirvió para que la presunta víctima accediera a acudir a su casa sin mucho problema cuando el acusado le pidió que le ayudara a regar las plantas, una excusa, según la versión de la joven, que le permitía perpetrar las agresiones al ejercer tal influencia en la mujer discapacitada que doblegaba su voluntad, de acuerdo con las pesquisas llevadas a cabo por la Comisaría de Zamora.

La investigación de la Unidad de Familia y Mujer de la Policía Nacional comenzó hace un mes, tras la denuncia se interpuesta por la mujer y su pareja, después de que este se percatara de que algo le estaba pasando a su compañera sentimental, con la que reside en la provincia, si bien ambos son nacidos en Zamora capital, donde viven sus respectivas familias, al igual que el presunto agresor.

El acusado niega la agresión sexual, si bien admitiría haber tenido contacto con la joven, pero sin llegar a forzar la situación como para llegar a contravenir la voluntad de la discapacitada, un argumento que no convenció ni a la Fiscalía ni a la propia juez, que accedió a la petición del Ministerio Público, que solicitó su ingreso en prisión bajo fianza de 4.000 euros, a lo que accedió tras acusarle de varios delitos de agresión sexual.