Hierros retorcidos, descoloridos, con figuras imposibles y alturas casi vertiginosas. Así eran los parques infantiles en los que disfrutaron de sus primeros juegos varias generaciones de zamoranos, sobre todo las nacidas en la década de los 80 y 90. Antes de la instalación de los actuales suelos de caucho para amortiguar golpes, la arena era el único colchón para los niños y niñas que estudiaron EGB, que merendaban bollycaos y eran expertos en jugar a las canicas, saltar a la comba, a la goma o al castro antes de la adictiva irrupción de videojuegos o "smartphones".

Cambio de cara en el parque de La Marina

Bucear en el archivo fotográfico nos permite recuperar imágenes antiguas y contrastar el antes y después que han experimentado algunos de los espacios de juego más emblemáticos de la capital. Este es el caso del parque de La Marina, que ha sufrido una transformación radical tras la renovación integral llevada a cabo en 2009. Cadarso XXI fue la empresa encargada de la ejecución de las obras, que contaron con una inversión de 300.000 euros y dieron empleo a una docena de trabajadores. Una actuación que fue puesta en entredicho ante la aparición de múltiples deficiencias tan solo unos meses después de remodelación de la zona, que abarcó una renovación del pavimento, la reparación de la fuente o la sustitución del mobiliario urbano. Las obras se realizaron con cargo al Plan E impulsado por el gobierno socialista. Una de las últimas intervenciones en este espacio se realizó en 2014, con la sustitución de los juegos infantiles por otros más modernos.

Parque de San Martín

La renovación de este parque infantil coincide con la construcción del actual aparcamiento de vehículos de San Martín, iniciada en el año 2000. Esta obra supuso el desmontaje y traslado de la Puerta del Pescado o Arco de San Martín, que presidía este espacio como Monumento de los Caídos, a la glorieta del cementerio, donde custodia desde entonces la entrada sur a la ciudad. El parque fue sometido a una nueva reforma en 2010, con un innovador diseño que combinaba zonas verdes, bancos, juegos para niños y una oficina de 120 metros cuadrados para actividades comerciales. Las obras contaron con una inversión de 618.000 euros ejecutada a cargo del Fondo Estatal para el Empleo y la Sostenibilidad Local. Este espacio ha sufrido destrozos a manos de los vándalos en reiteradas ocasiones.

Parque de León Felipe

Otro de los espacios infantiles que ha registrado un mayor cambio de aspecto es el parque de León Felipe, cuya transformación ha estado vinculada a la vertebración de la autovía de Cardenal Cisneros, la principal arteria de circulación de la capital. Como otras zonas infantiles, la de León Felipe tampoco se ha librado de los efectos de los vándalos y ha tenido que ser reparada

Parque del Castillo

Al margen de los espacios infantiles, otro de los espacios verdes de la capital que más ha renovado su aspecto en los últimos años ha sido el parque del Castillo. La retirada de elementos, como el tradicional templete que servía de escenario para celebrar conciertos, y de una fuente ornamental situada en la zona de jardines han contribuido a limpiar y modernizar el entorno del Castillo, que fue sometido a una intensa remodelación a principios de 1999 con el objetivo de recuperar la singularidad de este histórico espacio, donde se encuentran los restos de varios monumentos desaparecidos de la ciudad.

Cuatro ejemplos que permiten comprobar el cambio de fisionomía experimentado por algunos de los espacios donde compartieron episodios de su infancia

[Si no ves las imágenes al acceder desde tu móvil o tablet pincha en este enlace para ver el montaje fotográfico de cada parque]