"Quiero ser el último de esos humildes pastores y antiguos pregoneros para hacer que llegue a todos esa Buena Nueva que nos trae el perdón, la paz, la felicidad y el amor". El subdelegado de Defensa en Zamora, el coronel José Andrés Cuéllar, fue este año el encargado de ofrecer el tradicional pregón de navidad del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA.

Un pregón en el que invitó a todos los asistentes al paraninfo del Colegio Universitario a vivir estas fechas tan familiares "con la mirada de un niño". En este sentido, indicó que a todos "los recuerdos de la infancia nos llevan a unas navidades que esperábamos con la ansiedad y el egoísmo de aliviar la austeridad con que vivíamos el resto del año", recordó.

El coronel Cuéllar reconoció que estas ilusiones infantiles "poco a poco pierden fuerza. Nos hacemos adultos y, con la pérdida de la inocencia de nuestros primeros años, nuestro corazón se insensibiliza y ya no saboreamos la navidad de igual manera". El consumismo es uno de los frentes que se interponen a ello. "Poco a poco abandonamos las tradiciones y la Nochebuena deja de ser, en muchos casos, una celebración familiar íntima", lamentó.

Para luchar con esta nueva lacra, el coronel animó a todos los asistentes "a ser los altavoces de la venida del Señor", para continuar dando un mensaje de esperanza, en el que Jesús nace "en el corazón de los cristianos para traernos el don más preciado de su inmensa generosidad: el perdón. Nace para traernos la alegría, la paz y el amor", enumeró.

"Que nos encuentre siempre el Niño Dios en disposición de perdonar a nuestros hermanos, en la alegría de su venida, con la paz en nuestros corazones y derrochando el amor que nos regala desde su pobre pesebre. Que nos encuentre también viviendo una navidad de celebración mundana pero a la vez cristiana", deseó para finalizar.

La soprano Conchi Moyano, fundadora de la Asociación Lírica de Zamora (Aliza) fue la encargada de poner la nota musical final a este pregón, junto al coro de niños y de adultos del colectivo, el barítono Mauro Pedrero y con el piano de Natalia Zapatero. La directora del Club, Carmen Ferreras, se despidió del público hasta el próximo año deseando que "ni el paso del tiempo, ni las dificultades del camino nos alejen de los valores eternos de la navidad".