La obra nueva sigue paralizada en la provincia de Zamora. En los seis primeros meses del año el Colegio de Arquitectos solo ha expedido 29 visados de obra nueva, muchos de los cuales están destinados a viviendas unifamiliares. La situación no remonta, como muestra la comparación con el año pasado. En los seis primeros meses del año pasado se dio luz verde a 58 visados, el doble que este ejercicio. La caída, del 50%, contrasta con el dato regional -donde la construcción aumenta un 47,2%- y con el nacional, donde la subida supera el 57%.

A nivel regional la construcción de viviendas muestra unos signos de dinamismo no vistos desde hace años en Castilla y León. El dato augura una marcha positiva en 2016, un ejercicio que para la patronal del sector podría ser clave para afianzar su recuperación. El sector residencial acaricia el volumen de obras de hace cuatro años en la comunidad, a pesar de las turbulencias políticas, que truncaron un "claro" despegue en otoño, por lo que ahora piden "responsabilidad" a los partidos en esta nueva legislatura.

De hecho, las empresas constructoras solicitaron más de ocho permisos cada día en el inicio del año para construir viviendas, lo que garantiza en los próximos meses un ritmo de actividad notable en la comunidad, superior al que se registró en 2015. Así, el presidente de la Confederación Castellano-Leonesa de la Construcción (CCLC), Javier Vega, confió en que su recuperación coja "más fuerza" en los próximos meses. De hecho, la edificación podría estar siguiendo la estela de la economía castellanoleonesa, que en el primer semestre creció en el entorno del tres por ciento.

El buen arranque de 2016 está avalado por los visados de dirección de obra presentados por los aparejadores o arquitectos técnicos, que reflejan un incremento del 47,2 por ciento, con un total de 732 en el primer trimestre del año, frente a los 497 contabilizados por el Ministerio de Fomento en 2015. De esta forma, pone fin a una tendencia negativa de los últimos dos años, en los que los primeros meses se convertían en un periodo "negro" para las constructoras, a pesar del escenario político, ya que Vega recalcó que los promotores necesitan "estabilidad".