Los ambulantes asumen su deuda y se comprometen a cumplir con Ifeza

"Intentaremos acatar la decisión de Ifeza y cumplir con ellos". Así lo asegura el presidente de la Asociación para la Promoción y Apoyo de la Cultura Ambulante, Enrique Salazar, en relación a la deuda de 43.000 euros que los vendedores del mercadillo deben a la institución ferial Ifeza por la instalación de sus puestos durante las mañanas de los martes. En este sentido, "vamos a hacer todo lo posible para ponernos al día en los pagos" a la espera de que "nos pasen el plan de abonos que han aprobado en el pleno". El representante del sector se refiere al calendario de pagos acordado por la sesión plenaria de Ifeza la pasada semana para la devolución de los 43.000 euros con el objetivo de amortizar de forma mensual la deuda contraída. El plan contempla una puesta al día gradual hasta saldar el adeudo global contabilizado.

Más de 200 familias

Después de que la sesión plenaria de Ifeza acordara también la denegación de la licencia para celebrar el mercadillo en el aparcamiento del ente ferial en el caso de que los comerciantes incumplan las obligaciones económicas, Salazar pide "un poco de flexibilidad si algún mes fallamos", si se tiene en cuenta que "220 familias dependemos del jornal que sacamos del mercadillo y nuestro sector es el más débil", añade.

El colectivo tiene pendiente un traslado a otro punto de la ciudad motivado, en parte, por la acumulación de la deuda. Para ello, han mantenido de manera periódica reuniones con el Ayuntamiento de Zamora, que tiene previsto ceder una parcela de su titularidad para la implantación del mercadillo de los martes en un lugar alternativo al aparcamiento de Ifeza.

Lo que también queda pendiente es el futuro del mercadillo de los domingos, que se suspendió a principios de año hasta consensuar otra ubicación distinta al aparcamiento de Ifeza, en la carretera de La Aldehuela. El colectivo ambulante reconoce que la actividad dominical apenas tiene respuesta de público y apuesta por otra sede más cercana al centro urbano para que los zamoranos se animen a acudir al mercadillo también los domingos, por el que lucharon durante muchos años hasta su consecución.