José Ignacio Cascón es posiblemente el empresario taurino más joven de España, un ejemplo de la renovación a la que se está viendo obligada la fiesta de los toros. Cascón afronta uno de los fines de semana más importantes del año, unos días en los que se celebra la feria taurina del Corpus en Ledesma, una de las plazas que regenta. Con el "apoyo del Ayuntamiento" Cascón ha conseguido hacer de Ledesma una de las plazas de referencia en la primavera taurina. De hecho el alcalde de la localidad, José Prieto, celebra que este año la plaza cumpla cien años y asegura que "nos hemos preocupado especialmente por la promoción". Por su parte, Cascón subraya la relevancia que ha tomado la feria de Ledesma y afronta las polémicas que rodean al mundo taurino como los buenos matadores, poniendo el pecho por delante.

-El lunes ocho de junio es el cartel fuerte de la feria. ¿Es difícil cerrar este tipo de carteles en una localidad como Ledesma?

-Es complicado, aunque esta vez con motivo del centenario todo han sido facilidades. Es cierto que el esfuerzo económico es alto, porque los toreros de este nivel tienen cachés elevados, pero si se llena Ledesma de público, los restaurantes, bares y comercios tienen actividad, es ganancia para todos. Agradecemos la buena disposición de los toreros a la hora de la promoción, de Chaves, de Perera y de Cayetano porque se han preocupado de facilitar toda la labor de marketing.

-El día antes se celebra una novillada con novilleros que ya han tenido buenos resultados en Ledesma. Es además un concurso de ganaderías. ¿Qué esperan de esa tarde?

-Que haya piques de ganaderos y toreros. Alberto Escudero y Alejandro Marcos no se van a dejar ganar la pelea por Ginés Marín, que viene con vitola de figura de los novilleros. Seguro que vivimos una tarde de rivalidad y de buen toreo.

-Es destacable que apuesten por los novilleros, algo de lo que parece que se han olvidado otros empresarios en según qué plazas. ¿Lo considera algo básico para asegurar el futuro de la Fiesta?

-Los novilleros son el futuro, yo no concibo el no apostar por ellos si son los que van a mantener este negocio dentro de no muchos años.

-Entre los asuntos más generales, en las últimas semanas estamos viendo una serie de ataques de ciertos partidos políticos a la fiesta de los toros. ¿Cómo lo valora?

-Ahora parece que está de moda meterse con la tauromaquia, pero creo que será pasajero. En política solo un partido se ha manifestado a favor de la tauromaquia sin dudarlo y la ha declarado como algo cultural, que es el actual gobierno, algo de agradecer, aunque el toreo no debería tener nada que ver con la política.

-¿Cree que los taurinos no han defendido la Fiesta con fuerza?

-Puede que sí, de hecho, ahora mismo no me preocupan para nada los animalistas ni los partidos antitaurinos, y quizá deberíamos plantarle cara de una vez, pero creo que muchas veces por ser educados y tolerantes nos toman por tontos. Me gustan los toros, me gusta la tauromaquia como arte y me gusta que sea algo tan de España y tan ancestral, es hora de defenderla y no tener complejos en decirlo, nadie me va a avergonzar porque un torero me haga sentir emociones cuando se pone delante de un toro.

-¿Echan en falta más apoyo institucional?

-Desde luego se podía hacer más por la fiesta taurina, pero actualmente está blindada, no se puede prohibir un acto cultural. Cada país es un mundo y sus circunstancias, y aquí si me apuras cada comunidad autónoma que tiene distintos reglamentos, eso sí habría que unificarlo y así ser un estamento más unido y compacto contra los ataques.

-Es posiblemente uno de los empresarios taurinos más jóvenes de España. Lleva Ledesma, Béjar, Cantalpino y Guijuelo. ¿Qué le llevó a dar este paso? ¿Cree que es necesaria una renovación en los "ambientes taurinos"?

-Quise ser torero, pero no tenía condiciones, hay que ser un superdotado para algo así. Así que como mi mundo era el taurino comencé desde joven, con 24 años gestionaba la plaza de toros de Béjar, en la que sigo a día de hoy, intentando renovar la imagen del mundo taurino, que ni es antiguo ni es cerrado. Los espectáculos taurinos tienen una gran afluencia de público, lo que hay que hacer es informar al espectador, al aficionado, que se enteren que hay toros. Antes se hacía por carteles, ahora por redes sociales y otras formas de llegar al espectador.