El jefe de Psiquiatría del Complejo Asistencial de Zamora, Manuel Franco, considera que vincular sucesos como el ataque de un joven con una ballesta a un profesor o el accidente de avión que acabó con la vida de 150 personas con la enfermedad mental es "una equivocación. Es como decir que lo que ha pasado se debe a que el piloto era de Hamburgo. El principal motivo es que el piloto era mala gente, y hay que empezar a discriminar lo que es ser mala persona de otra cosa". Estigmatizar por este hecho a las personas con enfermedad mental, afirma el psiquiatra, es injusto: "Es como si ahora se creara una corriente de no volar con pilotos que sean alemanes".

El jefe de psiquiatría del Complejo Asistencial de Zamora insiste en la idea de la necesidad de "aceptar que la enfermedad mental está ahí", por lo que es necesario "evitar la exclusión social de las personas que la padecen". El hecho de que los protagonistas de los luctuosos sucesos mencionados hayan planeado sus fechorías con un plan preconcebido demuestra que "sabían perfectamente lo que hacían" y no era fruto de un momento de enajenación.

De todo ello se habló ayer en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA, que pilota Carmen Ferreras, en el foro titulado "La salud mental, la gran desconocida, vista por la sociedad de nuestro tiempo", en el que intervino el propio Franco, Pablo Gómez Conejo, que es director-gerente de Intras y Anunciación Manso, representante de los usuarios del Centro de Rehabilitación Psicosocial.

Franco constata que es fácil atribuir un hecho luctuoso a la enfermedad mental, sin darse cuenta de que, como constata Gómez, "la agresividad y la generación de conflictos" es más habitual entre personas que no tienen ningún tipo de patología en salud mental. "Toda enfermedad desconocida, apunta el psiquiatra, desconcierta, provoca temor, pero muchos de los hechos que suceden no hay que atribuirlos a los problemas mentales. Ha habido otros colectivos estigmatizados y poco a poco todos hemos asumido que merecen vivir con nosotros, en sociedad, y que nadie debe estar excluido por razones de sexo, ideología, religión o enfermedad". Eso sí, coinciden los especialistas de Intras y el Complejo Asistencial, "el hecho de que sean personas con capacidades diferentes no significa que no tengan que atenerse al respeto por las leyes y las normas sociales".

Eso sí, los pacientes de salud mental tienen necesidades especiales: "Es necesaria una cobertura sanitaria y de integración social si realmente queremos que tengan una participación activa en la sociedad, no como víctimas, sino como personas con capacidades diferentes", apunta Pablo Gómez. Pone el acento en que en muchos casos la enfermedad mental llega al final de la adolescencia y en la juventud, cuando la persona todavía no tiene perfilada una experiencia laboral o un modelo de vida. "Les ha pillado en un momento clave, interrumpido su formación", por lo que encontrar trabajo, por ejemplo, es una tarea especialmente difícil para ellos. De ahí la necesidad de los centros especiales de empleo, como el de Intras en Zamora, que emplea a 33 personas.