La presencia de un mayor número de personas que profesan el islam ha propiciado la normalización de la vida de los musulmanes en los últimos años en la ciudad, con el establecimiento de una mezquita cuya afluencia de practicantes supera el medio centenar durante el mes sagrado del ramadán. "Zamora es una ciudad tranquila y tolerante en la que no hemos tenido ningún encontronazo importante", reconocen.

Algunos radicados aquí durante décadas y otros procedentes de países como Argelia, Mauritania, Francia o Italia, el colectivo local está compuesto por una treintena de personas que mantiene un contacto fluido con la Policía Local. "La Policía visita regularmente la mezquita y nos pregunta si hemos tenido alguna situación fuera de lo común", revelan.

Una vida en calma pese a que algunos aspectos del islam siguen sin entenderse en buena parte de la sociedad. Es el caso del siempre polémico velo de las mujeres. "Hay que partir de que el islam da libertad a la mujer para llevar el velo. No se la rechaza si no lo lleva. Es una decisión personal y pedimos, en cualquier caso, que se respete a la mujer que decida ponérselo", aclaran.

"¿Alguien era tan ingenuo de pensar que las viñetas de Mahoma no tendrían respuesta?" "Estos hechos generan rechazo y nosotros somos los principales perjudicados"