La crisis obliga a casi 4.000 familias zamoranas de toda la provincia a destinar entre 250 y 500 euros al año a ayudar económicamente a otros parientes para que acaben el mes y puedan pagar las facturas. Así lo revela un nuevo estudio realizado por la compañía AIS Group, que revela que una media del 5% de las familias zamoranas destinaron como media hasta 500 euros para ayudar a hijos, sobrinos o hermanos. La investigación analiza las remesas de efectivo realizadas entre parientes que viven en domicilios distintos.

El importe que se prestan entre parientes apenas ha variado en los últimos años desde que empezó la crisis, pero sí sube ejercicio a ejercicio el número de familias que destinaron parte de su presupuesto a ayudar a otros familiares.

A nivel nacional, la media está por debajo de Castilla y León, con un 3,8% de familias españolas que tienen que ayudar económicamente a sus parientes. Según AIS Group, 2011 fue el año más duro de la serie, ya que si bien el número de familias que prestó efectivo a sus parientes se redujo hasta 502.000, el importe medio fue de 990 euros, un 315% más que la media del año anterior. En 2012 aumentó en un 0,2% el porcentaje de hogares con remesas a familiares, lo que equivale a unas 60.000 familias más prestando ayuda a otras. Sin embargo, el importe medio anual de esta ayuda se situó unos euros por debajo de los 500 euros.

El pago de facturas para los gastos corrientes, compras de alimentos, gastos inesperados, cuotas de comunidad o de actividades extraescolares e incluso algún regalo para estas fechas navideñas son algunos de los destinos de este importe que unos familiares se prestan a otros para poder salir adelante cuando la situación económica es floja e insuficiente para los gastos básicos o extraordinarios. La Navidad y el mes de enero suelen ser épocas en los que más ayuda económica necesitan aquellos con dificultades financieras, sobre todo, cuando en los hogares hay presencia de niños.

En muchos casos, los abuelos van más allá en su papel de canguros de emergencia. La crisis, el aumento de las tasas de paro y la generalización de hogares que se quedan sin recursos está provocando que las pagas de la jubilación de los más mayores se estén convirtiendo en un salvoconducto para hijos y nietos, a pesar de que ellos también son unas de las principales víctimas de los recortes sociales. De hecho, alrededor de cuatro de cada diez de los jubilados españoles destinan parte o toda su paga a la supervivencia de la economía familiar. Los gastos más primarios son los más recurrentes, de modo que son habituales las familias zamoranas que, pese a conservar su independencia, se ven obligados a comer en casa de sus padres, jubilados en la mayoría de los casos, para mitigar las estrecheces económicas domésticas.