El presidente de la Fundación Ortega-Marañón, José Varela, ha afirmado que la negociación con las instituciones zamoranas para el establecimiento de una sede "ha sido muy rápida", después de años de gestión política infructuosa. "Cuando nos han ofrecido algo concreto, hemos respondido. Antes no lo había", zanja Varela Ortega.

Cabe recordar que la gestión de la delegación de la entonces Fundación Ortega y Gasset se inició en el anterior mandato municipal, cuando Miguel Ángel Mateos -cuyo partido político, Adeiza, contaba con dos concejales y era "llave" de los acuerdos municipales- exigió la instalación como contrapartida al apoyo de los independientes en el Ayuntamiento a un Partido Popular liderado por Rosa Valdeón que no contaba con la mayoría suficiente. El apoyo se produjo, pero no así el establecimiento de la Fundación.

En este sentido, Varela Ortega ha elogiado la predisposición de la Diputación de Zamora con su máximo responsable, Fernando Martínez Maíllo. "Tienen ustedes suerte de tener un presidente como él, muy activo y muy decidido a hacer cosas", explica, para justificar las rápidas negociaciones" llevadas a cabo. El propio Martínez Maíllo reconocía en la presentación de los actos de Gregorio Marañón que había participado en primera persona en "innumerables reuniones" con los dirigentes de la Fundación.

Las negociaciones se iniciaron a finales de 2013, cuando Martínez Maíllo anunció por sorpresa la oferta de la primera planta del antiguo Palacio Provincial para el establecimiento de la sede de la Fundación Ortega Marañón, que ese año era reconocida en el Día de la Provincia con el premio "Tierras de Zamora" al patrimonio cultural.

Hasta esa fecha, "no había nada", reconoce José Varela Ortega. Porque el Ayuntamiento se había encargado de impulsar el proyecto que no cristalizó. "Ahora también está el Ayuntamiento", apunta Varela. Mateos precisaba que los presupuestos municipales contarían con una partida en este sentido.

En todo caso, los responsables de la prestigiosa institución de estudio se alejan de la polémica surgida durante años sobre su llegada a Zamora. "Hemos venido cuando había algo", zanjan los dirigentes, quienes advierten que "no somos especialmente difíciles de complacer".