Es indiscutible que la situación de crisis económica, de la que solo ahora empezamos a recuperarnos, ha afectado duramente al consumo. Como consecuencia de ello, prácticamente todos los sectores y actividades empresariales han sufrido un duro golpe. A esto se suma el hecho de que los nuevos hábitos de consumo y la irrupción de las nuevas tecnologías han afectado especialmente al comercio tradicional que sufre desde hace décadas la competencia de los grandes centros comerciales de las ciudades cercanas -capaces de ligar comercio y ocio- y la competencia de las ventas por Internet que crecen cada día sin que apenas seamos conscientes.

Convencidos como estamos de que el comercio tradicional es un elemento humanizador de las ciudades, la nueva situación nos obliga a todos a adoptar iniciativas que permitan adaptarnos al nuevo contexto y contrarrestar el flujo de consumidores hacia las grandes superficies y hacia las ventas "on line". Ese y no otro era y es el objetivo que persigue la Concejalía de Comercio con la Campaña de Navidad que ha diseñado y que tiene como epicentro el Mercado Navideño.

Vaya por delante, que no se trata de un "mercadillo" en el que comerciantes foráneos vayan a venir a Zamora para hacer competencia a los comercios de la ciudad. Nada de eso. El proyecto es una iniciativa de Zamora para el comercio de Zamora y los zamoranos. En primer lugar porque el promotor de la iniciativa es un empresario zamorano que organiza eventos por toda España desde hace muchos años. Que vive aquí, que paga sus impuestos aquí y que crea empleo estable en Zamora. En segundo lugar porque los vendedores serán comerciantes de Zamora pues a ellos se les ha ofrecido esa opción con carácter preferente. En tercer lugar, porque todos los comercios de la ciudad, estén o no presentes en el mercado navideño, tendrán la oportunidad de utilizar las instalaciones centrales del mismo para difundir y promocionar sus productos. En cuarto lugar, porque las actividades de animación que emanen del mismo y que financia el promotor se extenderán por todas las arterias comerciales de la ciudad, y aspiramos a que la decoración avance por todas las calles y escaparates como ramas del árbol que se extienden desde la Marina al resto de Zamora; y esas actividades de animación no buscarán impulsar las visitas al mercado navideño, sino el disfrute de una ciudad comercial y navideña como todos esperamos que sea. En quinto lugar porque los beneficiarios serán, obviamente, todos los zamoranos, niños y mayores, que podrán sentirse orgullosos de su ciudad.

Y todo ello irá acompañado de una fuerte campaña de promoción del comercio que pretende concienciar a los zamoranos de que pueden y deben hacer sus compras en nuestra ciudad; y que también tiene el objetivo de atraer a gente de la provincia, del norte de Portugal y, por qué no, de las provincias limítrofes, pues se verán atraídas por un evento de gran calidad plástica.

El objetivo no es otro que hacer que, durante el mes de diciembre, Zamora se convierta en un gran centro comercial temático en torno a esa idea de "El bosque encantado de la Navidad". Así seremos capaces de dar a los consumidores una razón para salir a la calle y quedarse en Zamora; y capaces de atraer a miles de vecinos de las localidades limítrofes.

El mercado navideño no está concebido como un negocio para la veintena de comerciantes, insisto, en su mayoría zamoranos. Por el contrario, el mercado navideño no puede ni debe verse como algo despectivo, pues es un reclamo que logrará atraer a los consumidores; es una fórmula de promoción del comercio, es una iniciativa que pretende dar vida al conjunto de la ciudad llenando las calles de gente y ambiente navideño como punto de partida para incentivar el consumo.

Todavía estamos a tiempo de canalizar los esfuerzos para sumar, no para restar. Para multiplicar, no para dividir. Para unirnos en torno al objetivo que en medio de esta polémica ha perseguido siempre el Ayuntamiento. Un objetivo para el que son necesarias valentía, decisión e innovación. Ese objetivo es Zamora y su Comercio.