La burgalesa Alicia Soto regresa esta noche a las tablas del Teatro Principal para presentar su último proyecto, "Desconcierto Estudio 1. Nocturno", una propuesta diferente en la que comparte escenario con un piano al ritmo de Chopin. Arriesgada, combina sobre las tablas danza contemporánea, teatro, música clásica y deconstrucción de personajes y melodías, donde el público se convierte en otro intérprete más de la obra, ideada en un principio para celebrar el 150 aniversario del Teatro Calderón de Valladolid, pero con la que ha recorrido ya otras salas.

-La obra parte de la premisa del cuerpo como espacio arquitectónico. ¿Cómo surge este concepto para el espectáculo?

-El proyecto viene de un estudio que estoy desarrollando y que se titula "Cartografía del cuerpo en un espacio arquitectónico", del que este es el primer trabajo. A partir de una arquitectura, de su pasado y de su presente, estudio cómo la emoción impacta en el movimiento, cuál es el sonido para trabajar sobre esa arquitectura y cuál es la intervención del púbico, sin olvidar la luz. También hago un trabajo con la deconstrucción del personaje y de la música.

-¿Qué papel juega el público en esta obra?

-Como todos los trabajos de investigación, hay un proceso largo donde el punto de partida es la emoción. Ante todo, quiero que el público sea activo. La dramaturgia de la obra no es una narrativa lineal, por lo que tiene que estar atento y dejarse llevar por la emoción.

-¿El piano sobre el escenario también tiene su sentido dramático?

-El mismo pianista es mi compañero, mi pareja de baile, pero al piano. Él tiene algo de interpretativo, pero también existe un juego con el instrumento, que se convierte en un tercer personaje, en un elemento vivo.

-Desde su experiencia, ¿en qué momento se encuentra la danza contemporánea en la actualidad en España?

-En este país hay muy buenos coreógrafos y bailarines, además las compañías trabajan muy bien. Pero la danza siempre ha tenido muchas dificultades porque, curiosamente, España es un país muy teatral, teniendo en cuenta que somos los creadores del flamenco, algo único en el mundo. Es un territorio de poca danza y aunque ha habido muchos esfuerzos por dinamizarla, el problema es que una vez que entramos en la crisis, ante la falta de dinero, la programación de danza ha desaparecido y con ella muchas compañías.

-¿Se puede decir que la danza es la gran olvidada de la cultura en este país?

-Sin duda. Aquellos que ofrecen programaciones contemporáneas están desapareciendo. Además, existe una gran dificultad económica y ahora que se mira que la programación teatral sea amortizable, si ya había poco público de danza, desaparecen este tipo de espectáculos si no se llenan las salas.

-Con su formación y actuaciones en otros países, ¿ha comprobado que la situación fuera es más beneficiosa para la danza contemporánea?

-En otros países la danza es mucho más importante, está al mismo nivel que el teatro, es una parte de las artes escénicas. Todas están equiparadas por igual, incluso el circo. Hay una programación muy fuerte, con el mismo presupuesto e iguales condiciones. De hecho, yo estoy ahora mismo realizando un proyecto en Lisboa porque aunque sea un país con menos recursos económicos o los mismos que España a nivel cultural debido también a la crisis, hay una programación importante, con su propio público.

-¿El camino es avanzar con la incorporación de nuevas tecnologías, de acrobacias y de otros recursos, como hace usted en sus proyectos?

-Se trata de una visión muy personal. Como creadora te diría que hago este tipo de trabajo porque me interesa mucho el público y seguir creando. No tengo una visión solo de danza, hace tiempo que no me considero únicamente una coreógrafa sino una directora de escena porque lo uno todo. Esa es mi visión artística particular, pero hay otros directores que solo quieren hacer un trabajo más centrado únicamente en la danza. Es una línea artística diferente y muy respetada.

-Como docente, labor que también desarrolla, ¿la danza española tiene futuro?

-Hay muchísima gente interesada y además tenemos escuelas de danza. La gente se siente atraída por este arte y hay alumnos. Pero el problema está en que luego esas personas no tienen salida profesional. También hay publico de danza, pero a los que le gusta ver cosas diferentes. Y a veces se programa solo en una misma línea. Hay que hacer un esfuerzo para conseguir un público de danza, que es un arte muy amplio y que tiene muchas formas de hacer espectáculos basados en danza. Eso también se tendría que ver y, desgraciadamente, es algo que no sucede. Sin embargo, veo una danza mucho más plural en programaciones teatrales, lo que es una paradoja.