La noticia lanzada por la Junta de Castilla y León acerca del céntimo sanitario, impuesto que se reducirá a un tercio de su valor actual a partir del próximo ejercicio, ha dejado satisfechos a los profesionales del transporte de mercancías por carretera. Así lo aseguran desde la patronal del sector, Fetracal, quienes expresan su satisfacción por la reducción del tramo autonómico del Impuesto sobre las Ventas Minoristas de Determinados Hidrocarburos, nombre oficial del céntimo sanitario. El sector recuerda que es una de sus "más rotundas reivindicaciones" y, pese a lo bueno de la noticia, los responsables de estos negocios creen que "llega tarde".

Los transportistas han insistido en los últimos meses en la retirada de un impuesto que, según indican, "ha obligado a transportistas y consumidores a repostar fuera de la región". Además, indican desde el ramo, "la satisfacción se hace extensible a los pequeños transportistas que no se iban a ver beneficiados por la devolución" del céntimo sanitario.

No obstante, aunque los transportistas subrayan su satisfacción, destacan también que "ya es hora" de que se retire este impuesto "que ha servido, desde su implantación" para "traer una merma económica para el sector". Por esta razón Fetracal asegura que el gravamen "ha sido un fracaso absoluto y un grave perjuicio para los cientos de profesionales del sector". Los transportistas defienden que el impuesto "es incomprensible" para los intereses de la región.

En Zamora y en los primeros siete meses del año el impuesto ha servido para que la Junta recaude más de cuatro millones de euros derivados de los más de 86 millones de litros de combustible despachados en este lapso de tiempo. La mayor parte del montante total llega del gasóleo A, combustible del que se han vendido más de sesenta millones de litros en los primeros siete meses del año.

Si se extrapolan las variaciones en este impuesto, que pasará de gravar el litro con 4,8 céntimos de euro para hacerlo con 1,6, los ingresos de la Junta solo en la provincia de Zamora se habrían reducido a 1,3 millones de euros. La cantidad, aunque elevada, poco tiene que ver con los más de cuatro recaudados en la actualidad. Diferentes miembros de la Junta han defendido la vigencia de este impuesto porque desde su aplicación, en primavera de 2012, ha supuesto un fuerte colchón de ingresos a las arcas autonómicas. Ahora su impacto se reducirá a un tercio.