La celebración del homenaje a la Virgen de los Herreros reunió a cientos y cientos de personas, desde peñistas hasta familias con bebés en sillas, en la calle de la hostelería del casco antiguo gracia a la propuesta organizada por los hosteleros en colaboración de la Concejalía de Juventud del Ayuntamiento.

Los colores de las camisetas de los peñistas y el blanco de las más de 1.500 pañoletas repartidas se entremezclaban con el rosa chicle de los muchos participantes en la III carrera popular de la Guardia Civil de Zamora a beneficio de la Federación Española de Enfermedades Raras, que tras realizar el recorrido optaron por reponer fuerzas. Y precisamente la coincidencia con la prueba obligó a modificar el recorrido del pasacalle que en esta edición partió de la plaza de Santa Lucía. Desde este punto peñistas acompañados de una charanga subieron hasta los Herreros, donde varias pancartas anunciaban la fiesta. Ante la imagen de la Virgen, que se encuentra en una hornacina en mitad de la populosa vía, la comunicadora Ana Pedrero realizó, un año más, el pregón y tuvo lugar la ofrenda de numerosos ramos portados por niños, momentos en los que oyó ¡Viva la Virgen de los Herreros!

La calle, a la hora de comer, era una verdadera fiesta popular con sus dulzaineros y tamborileros acompañados de danzantes que aprovechaban un hueco en cualquier bar para bailar una jota o un charro. Una romería concentrada en una calle.