Es una de las pocas representaciones diocesanas del tema de la dormición de la Virgen María y se puede descubrir en el Museo Diocesano. Se trata de una escultura de pequeñas dimensiones realizada en madera tallada, policromada y vestida con telas, "una candorosa copia de la imagen del Virgen del Tránsito que recibe culto en el camarín de la iglesia del convento del Corpus Christi que según la tradición fue realizada por las manos de los ángeles en 1619, cumpliendo el deseo de la abadesa sor Ana de la Cruz, nieta de San Francisco de Borja, que había venido a fundar a Zamora desde el monasterio de Santa Clara de Gandía", según recoge la guía del centro de arte de la diócesis, ubicado en la iglesia de Santo Tomé desde hace dos años.

La imagen, que procede del Obispado de Zamora, fue adquirida a Cipriano López por 75 pesetas, mientras que las columnas torneadas y demás piezas para la cama, ejecutadas en madera de haya, proceden del taller del tornero Eufrasio Campos, quien recibió 37,50 pesetas a finales del XIX. El proyecto así como la talla de la cama y sus múltiples adornos los llevó a cabo Aurelio de la Iglesia que percibió 80 pesetas en el año 1897, a tenor de las facturas que todavía se conservan en el Archivo Histórico Diocesano.

La compra de la obra coincide temporalmente con el voto popular a la imagen de la Virgen del Tránsito, impulsado por el obispo Luis Felipe Ortiz en el año 1896. El prelado pretendía que los fieles "se asociasen a él mediante donativos destinados a ampliar la iglesia conventual y a construir un nuevo camarín que, tras múltiples dificultades, fue finalizado en 1899", explica la publicación divulgativa del espacio de arte sacro.

La pequeña Virgen Dormida, que mide 40 x10 centímetros, tiene tallados únicamente la cabeza, las manos y los brazos. María, que aparece dormida con los ojos entreabiertos, "presenta las manos unidas, amortajada y cubierta con toca, túnica y manto y algo incorporada por las cuatro almohadas sobre las que está situada su cabeza", describen desde el Museo Diocesano.

Además la talla descansa sobre una preciosa cama, de 70x38x61 centímetros, que llama la atención al visitante pues, pese a estar realizada a tan pequeña escala, la madera está torneada y exhibe un dosel y colgaduras.