La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) avaló en la junta directiva de ayer la propuesta que ha comenzado a sonar desde distintos sectores del Partido Popular para que el alcalde sea el cabeza de la lista más votada en las próximas elecciones municipales, que llegarán en menos de un año. La entrada en escena de nuevas fuerzas políticas y la fragmentación del electorado llevan al órgano que representa a ayuntamientos y diputaciones a abanderar esta fórmula. En una reunión posterior con el Partido Popular en Génova, el secretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas, apoyó la misma receta.

La idea la avanzó el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y fue defendida en Zamora por el responsable de la Diputación Provincial, Fernando Martínez Maíllo, que ayer participó en la junta de gobierno de la FEMP en calidad de número tres. El presidente de la Federación de Municipios, Íñigo de la Serna, justificó que "se trata de acercar el sistema de representación y gobernabilidad a la voluntad democrática de los ciudadanos". Sin embargo, el grupo socialista apuntó que no es el momento oportuno para plantear la cuestión de la elección de alcalde y el resto de grupos no manifestaron una postura definida.

Tras la reunión en la sede central del PP en la calle Génova, la secretaria general Dolores de Cospedal ha concluido que la situación de los ayuntamientos españoles era "dramática" en 2011 y que, solo tres años más tarde, "se le ha dado la vuelta". Cospedal explicó que la razón está en "el esfuerzo realizado por los primeros ediles para reducir gastos y recortar el déficit, la sensibilidad del Ejecutivo de Mariano Rajoy con la grave situación de los municipios y el esfuerzo del conjunto de los ciudadanos".

Por su parte, el secretario de Política Autonómica y Local, Javier Arenas, justificó que "queremos que los alcaldes sean elegidos por los ciudadanos y no en pactos oscuros en los despachos. Los alcaldes quieren ser elegidos por el mismo método que Pedro Sánchez lo ha sido, por el 49 por ciento de los votos y sin mayoría absoluta". La idea concuerda con la defendida por Martínez Maíllo en Zamora, donde ha ido más allá y ha pedido el cambio de la ley electoral para una elección "más racional" de los diputados.