Conoció la existencia de este viaje que combina la educación en valores, el intercambio cultural y la aventura a través de muchachos que habían participado años atrás. "Me interesó e intenté acceder porque para ir tienes que tener 16 ó 17 años", explica Irene Barahona Fernández, la única zamorana que toma parte en la XXIX edición del programa Ruta BBVA, la antigua Ruta Quetzal, que viajará a Perú para descubrir las fuentes del río Amazonas y la historia y las formas de vida del Cañón del Colca. Además, los expedicionarios estudiarán las culturas prehispánicas de Paracas y Nazca, que tuvieron una aportación definitiva a la construcción de la civilización andina, y luego en España, entre otros puntos, visitarán Toledo.

La joven de 17 años intentó participar sin éxito el pasado año. El fracaso no le resto ganas de volver a intentarlo en la convocatoria de 2014. "Pensaba que no iba a poder presentarme porque por las redes sociales había muchos rumores", detalla, aunque las bases le permitían volver a probar fortuna.

Los interesados además de explicar por qué quería participar, en el caso de Irene Barahona "porque quiero empaparme de otras culturas pues creo que vivo un poco en una burbuja"; tenían que redactar una composición literaria y llevar a cabo un trabajo de investigación.

En el caso del escrito, la zamorana que ha recibido dos menciones en varias ediciones del certamen Jordi Sierra i Fabra y ha sido finalista en el I certamen de microrrelatos Feria del Libro de Zamora, realizó una narración sobre el guitarrista Andrés Segovia, dado que ella cursa 5º de Guitarra. "Lo elegí porque él hizo posible que la guitarra entrara en el conservatorio. Elevó su nivel al de otros instrumentos", concreta y agradece el asesoramiento de su profesor de Guitarra del Conservatorio Profesional de Zamora, Krysztof Kossakowski.

En el relato la estudiante de 1º de Bachillerato de Humanidades del IES Maestro Haedo se centró en el período en el que el compositor perdió la vista y compuso "El estudio sin luz", quizá su obra más conocida. Los elementos de realidad los mezcló con ficción empleando el lenguaje que usaba el músico andaluz. Y para ello la joven hasta leyó biografías del guitarrista.

Irene Barahona también tuvo que realizar un trabajo de emprendimiento social en el que debió de elegir entre cuatro temáticas. Ella optó por el acercamiento a la cultura a la población peruana. En su propuesta planteó la creación de una radio que "combina castellano y quechua y que daba consejos a la población venida del campo porque hay un gran afinamiento en Lima", detalla al tiempo que remarca que utilizó como herramientas páginas webs oficiales de Perú. Ambas tareas las tuvo que realizar en dos meses y compatibilizar su elaboración, con sus clases en el instituto y en el conservatorio. "Tenía que tener muy claras las ideas y ponerme a la tarea de lleno en mi tiempo libre", argumenta esta chica que escribe desde los seis años.

Remitidos los trabajos quedó aguardar las calificaciones. "El día que salían las listas mi móvil dejó de funcionar, por lo que en los descansos entre las clases sobre mi mesa había tres móviles de amigos cargando la web de la ruta". Sin embargo el esfuerzo de los jóvenes era infructuoso. La página estaba colapsada. Finalmente una amiga la telefoneó y le dijo. "Irene, ¡qué estamos, que nos vamos a Perú!", asevera la zamorana que hasta una hora más tarde no pudo conocer por sí misma la puntuación lograda, un 9,06 sobre 10.

Con ciertos nervios y todavía cierta incredulidad porque en dos semanas cruza el charco, la joven y su familia ultiman los detalles del periplo. "Nos han informado de las vacunas que preciso y de todo el material que tengo que llevar", atestigua con una amplia sonrisa. Además confiesa que a través de las redes sociales está en contacto con sus compañeros de aventura. "Es una locura. ¡No dejan de hablar y eso que todavía no nos conocemos en persona!", exclama entre risas.

De entre todas las actividades que llevarán a cabo los mochileros de más de 22 países en la Ruta BBVA, Irene Barahona subraya el aula de música. "Para mí es uno de los mayores alicientes porque no todos los días se puede tocar con tantas personas que comparten tu mismo interés por este arte".

La joven, a la que le gustaría cursar una filología para intentar dedicarse a la literatura, encara el viaje sin suposiciones. "Me han dicho que es mejor no ir con una idea prefijada", dice con gran madurez a la par que reconoce que "he contado en este proyecto con el apoyo de mi familia y mi hermana siempre ha estado muy pendiente". "Es una oportunidad única".