El Cristo de Valderrey tuvo a bien no escuchar la tradicional rogativa de sus romeros. Y lejos de atraer la lluvia a los campos, regaló un sol radiante a sus devotos. Se diría que la procesión por los campos fue más una rogativa de luz que de agua, para gozo de cientos de zamoranos concentrados entorno a la pequeña ermita que guarda al crucificado durante todo el año. Y es que la jornada dominguera de ayer parecía más propia de un verano en ciernes que de un abril refranero (pasado por agua).

Tras la bendición de los campos, y una vez cumplida con la devoción de los rezos y la misa, los romeros se lanzaron a las praderas para tirar de tortilla, chorizo, costillas, buen pan, vino o limonada... y otras viandas con las que calmar el ruido de tripas y la sed propias de la hora del almuerzo. Pasaba ya de las 12.30, concluida la tradicional misa y la procesión del Cristo, la fiesta mudó a pagana. Los más rezagados entraban en misa de una y la inmensa mayoría de los presentes se entregaba a los antojos del paladar, a regar el gaznate reseco por la buena temperatura que reinó durante toda la mañana. Los había rendidos a la danza y la música tradicional, al son de los instrumentos de los integrantes de la Asociación Cultural Tradición y Música Popular. Otros, con sus propias trompetas, tambores, dulzainas y panderetas se amenizaron la jornada.

La algarabía y las ganas de disfrutar del campo eran más que patentes. «Es la primera romería del año en Zamora después de Semana Santa y la gente tiene ganas de procesionar», explicaba el presidente de la Cofradía, Antonio Martín Alén, encantado de ver a la gran multitud de zamoranos presente. Y agradecido por la buena disposición de Adif para que las obras del AVE no dificultaran el recorrido de este desfile religioso, para lo que acondicionaron la zona de los túneles.

Pero no todo fueron parabienes, la Cofradía aprovechó para reivindicar «el asfaltado de la carretera» que conduce a la ermita y que está en condiciones pésimas, con baches convertidos en verdaderos boquetes, deterioro al que ha contribuido, al parecer, el tránsito de camiones para las obras de la Alta Velocidad. La reparación de la cubierta del pequeño templo es una de las actuaciones que la organización tiene previsto acometer «por fases», apunta Martín Alén, dado que se llevará a cabo con fondos propios. El próximo acto de la Cofradía, en su 150 aniversario de la refundación, será en mayo: una misa por los hermanos fallecidos.