Las biondas (vallas metálicas de seguridad de las carreteras y autovías) se almacenaban en el centro de control de los túneles de Padornelo, tras su retirada de las autovías A-52, A-6 y de la vía nacional N-525, de lo que existen indicios por las declaraciones efectuadas por los testigos y por las diligencias policiales practicadas por la Guardia Civil. En el centro llega a haber una cantidad importante de este material, tras la retirada de las biondas existentes entre los kilómetros 50 y 112 de la autovía A-52, según apuntan los testigos.

La venta de este material, al parecer, en ocasiones en buen estado, como se denunció respecto de esos 61 kilómetros de biondas retiradas de la A-52, se realizaba a chatarrerías, entre ellas, una de La Bañeza y otra de Palencia, con las que, al parecer, contactaba directamente personal de UTE o funcionarios del Ministerio de Fomento, apuntan testigos y acredita la documentación incautada.

La falta de control estaba asegurada, puesto que existía connivencia entre los empleados de la empresa privada y algunos de la Unidad de Carreteras, todos ellos imputados en la causa judicial abierta en Puebla de Sanabria, tras la denuncia de varios empleados que no fueron absorbidos por la nueva adjudicataria del servicio de conservación y mantenimiento de carreteras del Estado en la zona. Las ganancias por la venta de biondas retiradas en mal estado y de la chatarra que aparece en el firme, por lo general, consecuencia de accidentes de tráfico, debe revertir al Ministerio de Fomento tras su venta justificada debidamente a empresas del sector de la chatarrería, lo que parece que no ocurrió, al menos, entre 2006 y 2011, según la Fiscalía.