Superar la brecha entre la etapa laboral y la jubilación y flexibilizar los esquemas de retiro en función de las demandas laborales y los ajustes del desempeño profesional. Es una de las propuestas innovadoras de la «Declaración de Zamora del envejecimiento activo, saludable y positivo», aprobada ayer dentro del apartado de conclusiones del X Congreso Hispano Luso de Gerontología, «Retos del envejecimiento actual», que se clausuraba ayer en el Colegio Universitario, aunque hoy todavía tiene una sesión de experiencias y una visita turística a bodegas zamoranas.

Florencio Vicente Castro, presidente de la entidad organizadora del Congreso, Infad (Asociación Nacional de Psicología de la Infancia, Adolescencia, Mayores y Discapacidad), explicó que la «Declaración de Zamora se va a mandar a instituciones como el Imserso y también «a todos aquellos colectivos tanto profesionales como laborales que estén trabajando en el mundo del envejecimiento». En el Congreso de Zamora «hemos fundamentado cómo está el mundo actual, qué ocurre en el envejecimiento: cuánta población tenemos, qué grado de dependencia y qué programas tenemos que estén funcionando». Por ejemplo, se ha analizado si las residencias son los mejores recursos para las personas que tienen aún su movilidad. «Cada persona debe tener el recurso adecuado». Una vez conocido cómo está el mundo del envejecimiento «hemos visto qué podemos hacer», y se ha plasmado en el decálogo que conforma la «Declaración de Zamora».

El primer punto, titulado superar la brecha existencial, aboga por «respetar la dignidad de la persona y el contrato psicológico vital hasta el final de la vida», un aspecto importante, ya que se tiende a arrinconar al viejo como si fuera una ciudadano de segunda fila. A partir de este primer precepto, se derivan los demás. Superar la brecha social supone «activar en el colectivo de mayores patrones de liderazgo comprometido, la participación social y toma de decisiones, como estrategia para combatir estereotipos. Superar la brecha educativa se consigue con la promoción «del aprendizaje a lo largo de la vida para conseguir plasticidad neuronal, neurogénesis y reserva cognitiva, bases de un envejecimiento óptimo».

La superación de la quiebra del conocimiento figura en el «Decálogo» mediante la implementación de «procesos de investigación e innovación en los que agentes económicos (empresas del tercer sector) y de I+D+I (investigación, desarrollo e innovación) exploren nuevas vías de optimizar el desarrollo individual y ecológico del mayor».

La superación de la brecha de las contribuciones sociales es otro de los objetivos que se plantean los expertos reunidos durante estos días en Zamora, quienes proponen «incentivar la implicación de los mayores en todos los retos sociales, tanto en los ámbitos del emprendimiento como de la innovación social».