El científico José Martínez, aseguró ayer a este diario que las investigaciones que lleva a cabo la Universidad de Salamanca en la zona de La Guareña nada tienen que ver con las presuntas fumigaciones de materiales como aluminio o los de aspecto de filamentos que han denunciado algunos agricultores de la zona. Lo suyo son investigaciones para calibrar el satélite de la NASA que irá equipado con un radar, que sirve para realizar lo que los expertos denominan una medición activa, y también un radiómetro, que lleva a cabo la medición pasiva. Las señales que reciben los instrumentos que viajarán en el SMAP son distintas si se encuentran con una superficie de terreno húmeda o seca, informa Dicyt. Una vez que el satélite SMAP esté en órbita, tendrá diversas aplicaciones, ya que la humedad del suelo tiene muchas consecuencias. Una de las principales está enfocada a la actividad agrícola, puesto que los datos permitirán tomar decisiones para mejorar el rendimiento de los cultivos. Un buen ejemplo de la utilidad de estos proyectos es que gracias a su participación en la misión SMOS, científicos españoles ya han conseguido elaborar mapas de humedad de la península ibérica a muy alta resolución. En algunas zonas del mundo esta información puede incluso servir para anticipar futuras condiciones climáticas adversas como sequías que acaban en hambrunas. Por otra parte, también podría servir para prevenir situaciones como inundaciones o deslizamientos de tierra, ya que los indicios previos sobre la humedad pueden dar las pistas suficientes para que los científicos prevean estos eventos.