Los tablones de anuncios del Campus Viriato se llenan todos los comienzos de curso de numerosos anuncios de alquiler de pisos a estudiantes, una fórmula que ha ido ganando peso a lo largo de los últimos años.

La crisis y la mayor independencia de los jóvenes estudiantes ha hecho que las residencias sean una opción menos atractiva, «y también más cara, porque suelen venir alumnos que han pasado algún curso en la residencia Doña Urraca, donde pagan unos 400 euros, y un piso de tres habitaciones supone el mismo desembolso y pueden compartir gastos con otros compañeros», se pronuncian desde una de las inmobiliarias de la capital.

La zona de los Bloques, las Tres Cruces y el entorno de la avenida de Requejo son las zonas más solicitadas por los estudiantes, que en contra de lo que puede parecer, «sí que son exigentes con los pisos en los que van a vivir, sobre todo las chicas», explican, aunque reconocen que a servicios como el ascensor no les dan una importancia capital.