Cientos de pétalos de rosas y ramas de romero poblaron las calles del casco antiguo por las que desfilaron ayer varios cientos de personas con motivo de la procesión del Corpus Christi.

El repicar de las campanas se entremezcló con los sones de las dulzainas y las notas interpretadas por la Banda de la Cofradía de Jesús Nazareno y la Banda de Música de Zamora en la plaza de la Catedral cerca de las 11.30 horas.

La eucaristía en la Seo, presidida por el obispo de Zamora, Gregorio Martínez, dio paso al desfile que abrieron integrantes de Gigantes y Gigantillas de Zamora, seguidos por «la Negra», «el Ramón», «el Español» y «el Turco». A unos metros, las gigantillas, que con su colorido y alegría, otorgaban a la procesión más importante del año un toque más festivo.

A caballo entre lo profano y lo religioso: Santa Marta y el dragón. La Tarasca, realizada por Ramón Álvarez en 1886 para la festividad del Corpus, lucía la bandera restaurada por Amelia Gutiérrez, socia de la Agrupación Belenista «La Morana». Tras ellos, la Banda de Música de la Cofradía de Jesús Nazareno y los niños de este año han recibido su Primera Comunión que, por parejas, portaban cestas con pétalos de rosas. «Parece que han comulgado más que el pasado año», comentaba una mujer a otra. El cortejo lo completaron los representantes de las cofradías de Pasión, de Gloria y de parroquias de la capital, componentes de la Adoración Nocturna y autoridades políticas, entre otras la subdelegada del Gobierno, Pilar de la Higuera, y la alcaldesa, Rosa Valdeón, así como uno de los pebeteros del Silencio y los componentes de la Escolanía del Padre Usera y del Coro de San Alfonso Rodríguez. Los últimos en acceder a la plaza Mayor fueron los integrantes del Cabildo, ataviados con la capa pluvial, y el obispo que escoltaban al Carro Triunfante, a cuyo paso por el centro de la Plaza los niños arrojaban con gran brío los pétalos de rosas.

Desde el balcón del ayuntamiento el obispo de Zamora, Gregorio Martínez, se dirigió a los cientos de fieles congregados. «Hemos procesionado con el Señor por las calles», les dijo. «Lo que hemos celebrado en la eucaristía lo presentamos ante el pueblo», señaló. El prelado instó a los creyentes a «no avergonzarse» por manifestar su fe y agradeció «a todos vuestra presencia y vuestra participación» en la procesión.

Concluida la bendición solemne del obispo y la interpretación del himno nacional por parte de la Banda de Música de Zamora, el Santísimo permaneció en la iglesia de San Juan, por lo que la procesión no retornó a la Catedral. La celebración se completó por la tarde con un tiempo de adoración privada en la Catedral que dio paso a la Hora Santa Comunitaria a las 17 horas, y el rezo de las segundas Vísperas de la festividad.

Por otro lado, Cáritas Diocesana de Zamora celebró ayer el Día de Caridad con una colecta especial en las parroquias, con el lema «Si no te convence esta sociedad mercantil, ofrece sin pedir nada a cambio». En esta ocasión la organización católica ha puesto el acento en la importancia de la gratuidad como un valor indispensable para construir una sociedad más justa, equitativa y solidaria. Además, a través de una hoja informativa la ong católica ha dado a conocer a la Diócesis que en 2009 invirtió más de siete millones de euros para combatir la pobreza y la exclusión.