El mayor celo en la vigilancia ciudadana por parte de la Policía Municipal en los últimos días ha tenido como resultado las primeras identificaciones de jóvenes como presuntos responsables de agresiones al mobiliario urbano, desplazamiento de contenedores y golpes a automóviles estacionados en la vía pública. Así lo confirmó ayer el concejal de Participación Ciudadana, Francisco Javier González, quien informó del reconocimiento de tres jóvenes, dos de ellos menores de edad, como presuntos autores de varios desperfectos.

La actuación policial coincide con la «intensificación de la vigilancia» anunciada por el Ayuntamiento en determinados puntos de la urbe, después de que en las dos últimas semanas se haya producido la quema de varios contenedores, la mayor parte de ellos en el barrio de la Candelaria, entre otros incidentes.

Sobre el posible origen de los reiterados hechos vandálicos, algunos vecinos del barrio han apuntado a grupos de jóvenes que se reúnen en torno en la zona de Tres Arboles para tomar bedidas alcohólicas, hecho que degenera en agresiones y destrozos del mobiliario urbano por parte de algunos de ellos. Así lo apuntaba la propia presidenta del colectivo vecinal y lo apoyan vecinos como Manuel Herrero, que regenta un establecimiento en Doctor Villalobos. «Son grupos de jóvenes que se reúnen para hacer botellón, aunque el concejal no lo reconozca», apunta este vecino, quien añade que «algunos de ellos, por efecto del alcohol, la toman con las mesas, los árboles o las farolas». Sin ir más lejos, señala hacia el merendero junto al Puente Nuevo como la última víctima de este tipo de prácticas. «Si ven que viene un coche de policía se esconden», explica Herrero, pero también es cierto que «no ha venido ninguna pareja de municipales vestidos de calle para pedirles que se identificaran».

Por su parte y al igual que el Ayuntamiento de la capital, la Subdelegación del Gobierno estima una «coincidencia» los desperfectos y la quema de depósitos de basura y papel reciclado de las últimas semanas. «No han sido ni más ni menos que en otras épocas del año, lo que ocurre es que han coincidido en el tiempo», explica Pilar de la Higuera, quien sostiene, no obstante, que «la preocupación de los vecinos también es la nuestra y la prevención es necesaria y una cosa de todos».

Para hacer que este tipo de casos no se repitan, De la Higuera apunta hacia la colaboración entre la Policía Nacional y Municipal, extremo que ayer volvió a defender Francisco Javier González, con una detención como ejemplo. «Los cuerpos de la Policía Nacional y Municipal han colaborado en la detención de un joven que portaba un arma blanca aunque no habían realizado ninguna agresión con ella».

En todo caso, el concejal de Protección Ciudadana ya ha defendido que el célebre fenómeno del botellón «se producía en una parte de la ciudad, pero ya no se da en ningún sitio», al margen de «reuniones espontáneas muy difíciles de controlar».