Enfermedades como el Alzheimer afectan tanto al paciente como a la familia. «Pueden acabar antes con el cuidador que con el propio enfermo», reconocen. Para enfrentarse a ella, las familias de Justo, Antonio y Aurora tienen dos pilares. De un lado, el centro «Ciudad Jardín», que les permite sobrellevar la situación y practicar una vida casi normal. Por otro, la nueva Ley de la Dependencia. En el caso de Justo, su madre se beneficia de ella desde hace un par de años y permite costear los gastos que anteriormente pagaban entre todos. Ahora es el turno para Antonio y Aurora, que están finalizando la tramitación y esperan comenzar a percibir pronto la ayuda.

El 14 de diciembre del año que acaba de finalizar, se cumplieron tres años de la puesta en marcha de la Ley de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las Personas en Situación de Dependencia. La norma nació con una dura crítica por parte de diversos sectores, que atacaban el aspecto de la financiación, así como un exceso en los trámites y falta de concreción en las ayudas a las que tendrían derecho tanto los pacientes como los familiares que les atienden. Todavía hoy, algunos médicos sostienen que se ponen «malos» al analizar el proyecto y hay políticos que quieren pensar que «es una buena intención y una mala ley». Lo cierto es que Zamora cuenta ya con 4.702 personas que se están beneficiando de la Ley de Dependencia a través de diversas cuantías, lo que supone un seguro alivio tanto para el paciente como para los familiares, que en algunos casos no podrían costear los cuidados que requiere la enfermedad.

Esas casi cinco mil personas son solo una pequeña parte del casi medio millón de enfermos que tienen reconocida su dependencia en el contexto de nuestro país y cuyos familiares disfrutan de un necesario alivio. Como toda ley joven que tiene a las espaldas tres años de aplicación, quedan por delante algunos aspectos por desarrollar. Es el caso de las dependencias más leves. En Zamora hay casi un millar de personas que deben esperar al reconocimiento de sus enfermedades, que por ser más leves, serán amparadas por nuevas ayudas más adelante.

En el plano de la tramitación, los profesionales advierten, hoy por hoy, una mejora en la agilidad con respecto a los primeros pasos de la norma. Frente al año largo que requería la gestión de la solicitud a los familiares, actualmente el papeleo se resuelve en unos seis meses. Inmersos en esa tarea se encuentran actualmente algo más de 1.100 zamoranos, a quienes la Junta de Castilla y León ya les ha reconocido su situación de dependencia y pronto comenzarán a percibir la ayuda que les corresponde.

En Zamora, hay centros como el de Alzheimer «Ciudad Jardín», donde la práctica totalidad de los pacientes se benefician de las prestaciones. Su director, Manuel Figueruelo, señala que «desde nuestro punto de vista, está funcionando bien». Como prueba, «la están concediendo y es una cosa muy buena para las familias. Hay gente que puede pagarlo, pero hay otras personas a las que le cuesta más», añade Figueruelo.

Una de las beneficiarias es Antonia García, que sufre el Alzheimer desde hace once años. Desde hace dos, percibe una ayuda proporcional a su elevada dependencia. La misma enfermedad afecta a Angelita Uña y Alejandro Macías, cuya situación está ya reconocida y pronto comenzarán a percibir las ayudas. A continuación, sus familiares hablan de la enfermedad y lo que supone para ellos la nueva ley.