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Educación

Zamora estrena la nueva etapa Erasmus

Dos estudiantes de la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora son los primeros de la Comunidad autónoma en aprovechar las oportunidades que brinda la ampliación del programa de interacambio estudiantil

El programa Erasmus es uno de los más conocidos y nombrados en el panorama estudiantil mundial y, sin duda, el más popular en el ámbito europeo. La iniciativa de una asociación académica impulsó su creación en 1987, respaldada por los entonces presidentes de Francia y España, François Miterrand y Felipe González, respectivamente, y son decenas de miles los alumnos que han enriquecido su formación cursando parte de sus estudios en otro país.

No obstante, mucha gente desconoce que el nombre proviene del ‘Plan de Acción de la Comunidad Europea para la Movilidad de Estudiantes Universitarios’, cuyo acrónimo responde a la denominación inglesa del programa, es decir, ‘European Region Action Scheme for the Mobility of University Sudents’. No es casualidad que este acrónimo rinda homenaje en latín a la figura del humanista, filósofo y teólogo holandés Erasmo de Rótterdam, cuya obra revolucionó intelectualmente Europa.

La iniciativa académica Erasmus se orientó desde el principio a la enseñanza superior para fomentar la cooperación transnacional entre universidades y ha ido evolucionando con los tiempos para convertirse en un espacio público académico con unas dimensiones mucho mayores. En la actualidad, dentro del programa Erasmus no sólo entran las universidades sino todos los estudios superiores, incluyendo los ciclos formativos de grado superior. Aunque la idea inicial contemplaba los intercambios solamente para estudios, en los últimos años se han ampliado también a las prácticas.

Convenio con Matosinhos

En este contexto, nuevos alumnos se incorporan al programa y disponen de oportunidades que habrían sido impensables hace sólo unos cuantos meses. Tal es el caso de estudiantes de tercero de Diseño de Interiores en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora como la salmantina Joana García, de 20 años, y el zamorano Fernando Sanjuán, de 22, que amplían su formación desde el pasado mes de septiembre en la Escuela de Arte y Superior de Diseño de Matosinhos, una pequeña ciudad portuguesa perteneciente al distrito de Oporto. “La vida me fue envolviendo desde el arte y me interesé por este tipo de estudios de Diseño”, comenta Joana con una sonrisa. “Lo mío fue más de ir probando cosas y aproveché que salió esta diplomatura aquí, en Zamora, y no tenía que irme a otro sitio. Probé, me gustó y aquí estoy, intentando llegar a trabajar como interiorista”, señala Fernando.

La Escuela de Arte y Superior de Diseño de Zamora suscribió el año pasado un convenio bilateral con su homóloga de Matosinhos en virtud del cual se realiza un intercambio por un curso completo, de nueve meses de duración. La escuela zamorana también firmó recientemente acuerdos similares con Francia y Bélgica y está pendiente de cerrar sendos convenios con Gran Bretaña, Turquía y Rumanía. “El equivalente de esa titulación es una diplomatura que, con el proceso de Bolonia, se convertirá en un título de grado con el mismo reconocimiento oficial que el de una universidad”, apunta Amparo Fernández, coordinadora de Relaciones Internacionales. “La única salvedad es que depende de otra institución que, en este caso, es el Ministerio de Educación y, en el caso de los estudios superiores, dependen directamente de la Secretaría General de la Junta de Castilla y León, encabezada por Javier Serna”, puntualiza.

La Escuela de Arte de Zamora tiene concedida la carta desde el año pasado y hasta 2013 tanto de estudios como de prácticas, es decir, pueden salir de intercambio alumnos, profesores para dar clase y para recibir formación, y alumnos en prácticas. “La primera vez que se han concedido cartas a los estudios superiores, que es el caso de Zamora, con los de Diseño de Interior, ha sido el año pasado. Ha habido intercambios en prácticas de alumnos de ciclos formativos de grado superior pero no ha habido de estudios en ningún momento, de manera que esto es el estreno”, explica Amparo Fernández. La carta a la que hace referencia indica de forma expresa en una llamada con asterisco que “se entiende por universidad todo tipo de centro de enseñanza superior que otorga cualificaciones o títulos de este nivel, cualquiera que sea su denominación respectiva en los países participantes”.

La más joven

Joana García y Fernando Sanjuán pueden presumir de ser los primeros estudiantes de su ciclo en Castilla y León en acceder a una de las plazas de intercambio del programa ampliado y ambos acreditan un currículo impecable, con especial atención a lo realizado durante el año académico 2008-2009. “Tienes un gran abanico de posibilidades para elegir las asignaturas, tanto de nuestra carrera como de otras, incluso de diferentes años”, señala Joana. “Con el idioma no hemos tenido demasiados problemas. Los profesores vocalizan muy bien y nos ayudan constantemente. Hicimos un curso básico al principio y te tienes que ir adaptando”, recalca. “Portugal es un gran desconocido a pesar de su proximidad. Es mucho más internacional que España y se mueve mejor en relaciones por lo que se refiere al campo del diseño”, apunta Amparo Fernández. “Dentro de Portugal, estamos en una de las mejores escuelas, junto con Lisboa y Oporto. Además, tenemos la posibilidad de acceder a un máster. Aquí estaríamos en tercero y allí, en un posgrado”, indica Joana.

Respecto a las asignaturas impartidas en tierras portuguesas, los alumnos tienen claro cuál es la más difícil. “Laboratorio de Diseño”, sentencia Fernando Sanjuán. “Tenemos que trabajar en grupo para transformar un monasterio antiguo en un hotel y tenemos que tomar medidas, pensar en las ideas, hacer el proyecto en el ordenador”, explica.

De los 28 alumnos que aprenden diseño en la Escuela de Arte de Matosinhos, sólo hay cinco españoles Erasmus y únicamente Joana y Fernando son de Castilla y León, mientras que el resto proceden de La Rioja, Murcia y Cataluña, todos ellos conviviendo con italianos y belgas. “La idea es que antes de que acabe la primera promoción en Castilla y León de estudios superiores de Diseño de Interiores se empiece con prácticas. Ellos pueden volver a salir como estudiantes Erasmus de prácticas para trabajar, que es la fase que vamos a solicitar para el siguiente curso”, señala la coordinadora de Relaciones Internacionales.

A la postre, sea cual sea el tipo de estudios, evolucionados o no, las preocupación última es invariable, como demuestra Fernando al expresar la necesidad de encontrar trabajo en el período más breve. “Tenemos que intentar acceder al mercado laboral en cuanto sea posible. Da igual dónde.”, dice.

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