Los cambios que pretende introducir el Ministerio de Sanidad en la Ley Antitabaco, que prohibiría fumar en cualquier lugar de ocio, han provocado el rechazo de hosteleros, estanqueros y fumadores habituales, que serían los grandes afectados si finalmente se aprobase esta medida.

Estos colectivos critican que las ventas podrían reducirse drásticamente. Temen que muchos trabajadores del sector tengan que cerrar sus negocios. Algunos estanqueros apuntan incluso que la bajada de ventas podría ser de hasta un 30 % en los peores casos. Sin duda, uno de los sectores más afectados es la hostelería. En estos establecimientos el consumo de tabaco es algo muy habitual, y si entrara en vigor esta nueva norma, podría afectar mucho a los negocios.

El presidente de la Asociación de Hosteleros de Zamora, Óscar Somoza, explica que «nos parece una medida desacertada, ya que la ley está bien como está actualmente y no conviene que España, que destaca por su cultura de bares, inicie este tipo de restricciones».

Somoza pone como ejemplo lo que ha sucedido en el resto de estados que han tomado decisiones parecidas en este sentido, y expone que «los países del resto de Europa y otros como Canadá, que han prohibido fumar en los bares, han sufrido una grave caída en el sector hostelero».

La mayor parte de trabajadores del sector está de acuerdo con Somoza y considera que estas restricciones pueden ser muy perjudiciales para sus negocios. El dueño de un bar de la capital zamorana, Raúl Prada, asegura que « esto puede afectarnos muy negativamente, ya que los clientes, aparte de venir a los bares a tomar una tapa, un café o una caña, quieren fumar un cigarro, ya que en sus puestos de trabajo no pueden, o simplemente porque les apetece hacerlo en un lugar cerrado».

Además, Prada, lamenta que «muchos locales deberán cerrar por esta medida. Si quieren de verdad que la gente deje de fumar, que lo prohíban del todo, pero que no utilicen este doble rasero», concluye.

Una de las pocas notas discordantes la pone Antonio Hernández, dueño de un bar en una zona del centro de la capital, que considera acertadas estas restricciones y argumenta que «es correcta esta decisión si se quiere eliminar el humo producido por el tabaco de cualquier lugar público».

En cuanto al daño que pueda hacerle a su negocio, Hernández cree que «no afectará prácticamente nada. Probablemente tengamos unos primeros meses un tanto extraños, pero después todo se ajustará». En los estancos también existe un desacuerdo palpable tras conocerse este proyecto, y la mayor parte de los trabajadores del sector esperan que este no salga adelante.

La dueña de una administración de la capital, Rosa Sánchez, cree que, «tanto a nosotros como a la hostelería, la nueva Ley nos haría mucho daño y muchos nos veríamos obligados a cerrar nuestros negocios por falta de ventas», lamenta.

En la misma línea están las opiniones de sus compañeros de profesión, que consideran que, «si el proyecto sale adelante sería un error muy grande», como indica Jose Mezquita, dependiente de otro estanco de la ciudad.

Entre la gente de la calle, opiniones para todos los gustos, aunque prevalece la idea de que la medida no es acertada. Sobre todo los fumadores, se quejan de que «nos están tratando como apestados», exagera Javier Sánchez, un fumador que se halla muy indignado.

No obstante, también entre este grupo, al igual que en la hostelería, los hay que, pese a las desventajas que se les presentarían si se aprobase esta ley, están de acuerdo con lo que se expone.

Algunos afectados tachan la medida de «hipócrita» y piden al Ejecutivo que sea más duro con los fumadores

Luis Garrido es uno de esos fumadores que, aunque en principio podrían verse afectados negativamente por la medida, están de acuerdo con ella, ya que «todo esto es por nuestra propia salud y ya se han ido dando pequeños pasos para reducir el consumo de tabaco en nuestro país y este es otro más, que yo veo incluso necesario. Pienso que es una medida muy oportuna», argumenta. Y es que hay fumadores que se están pensando seriamente dejar ese pernicioso hábito.

En definitiva, como en todos los temas, existe una división de opiniones, pero parece que el pensamiento general del la sociedad zamorana es de rechazo hacia este proyecto de Ley que, hemos de recordar, es tan solo eso, un proyecto que aún está pendiente de aprobación en el Congreso de los Diputados. Veremos si al final sigue adelante. Desde luego, los afectados en Zamora, han dejado clara su postura