Saltarse las señales de tráfico se ha hecho ya «habitual» en San José Obrero. «No hay más accidentes porque Dios no quiere», se expresa un vecino al tiempo que pide mayor vigilancia policial. El problema es que desde la rotonda del Sancho en dirección al centro urbano, en la avenida de Galicia, la línea continua pintada sobre el asfalto prohibe los giros a la izquierda. Pero muchos optan por hacer caso omiso de esa prohibición y giran invadiendo el carril contrario para evitarse un rodeo de camino a casa.

La asociación de vecinos de San José Obrero lleva años reclamando una reordenación del tráfico en la avenida de Galicia, toda vez que existe un riesgo de accidentes, y a que parece demostrado que hay una necesidad de facilitar el acceso de un buen número de vecinos a sus viviendas. «La gente es prudente y no hace de cualquier manera esos giros», puntualiza Carlos Bad, el presidente del colectivo vecinal del barrio.

Para adentrarse en alguna de las calles que parten a la izquierda de la avenida de Galicia según se baja hacia el centro urbano habría que continuar por toda la arteria principal de San José Obrero hasta el Bolón, bajar la cuesta y volver a subirla para adentrarse en la mitad de esa vía hacia Peña Trevinca o bien dirigirse de nuevo hacia la avenida de Galicia para poder adentrarse en alguna de las calles que, ahora sí, se sitúan a la derecha en la marcha del vehículo, con lo que no hay impedimento alguno, salvo que se trate de una dirección prohibida.

Los vecinos del barrio conocen un atajo. En la entrada a Zamora por esa zona de la ciudad giran a la derecha por las calles Remesal o Tábara, para llegar al parque de las Mercedes y, tras recorrer todo ese paseo, salir a la calle de Andavías, por donde se puede acceder a la calle de La Salud o subir de nuevo la avenida de Galicia. Con todo, eso también supone para muchos un rodeo, de ahí que opten por el camino más corto, saltándose la normativa de Tráfico, y exponiéndose a las multas, y a los accidentes.

«Hay días en que sí se ve a la Policía Municipal, a la altura del Mercadona, y se cepilla a todo el que se sale del carril derecho para meterse hacia la calle de Cañaveral», comenta Pedro Antonio Garrido, vecino de la zona. Otro residente, Julio Sierro, entiende que «hay visibilidad suficiente como para que dejaran la línea discontinua».

En el Ayuntamiento de Zamora, el concejal de Protección Ciudadana, Francisco Javier González, explica que para permitir los giros a la izquierda en la avenida de Galicia «tendría que ser más ancha la calle para poder hacer un carril en medio». La solución que piden los vecinos resulta «difícil» para González, quien recuerda que cualquier actuación en esa vía habría que comunicarla al Ministerio de Fomento, que «puede rechazarla». La reordenación del tráfico, en todo caso, compete al Ayuntamiento, al estar cedida la vía, indican en la Subdelegación del Gobierno. Para cualquier actuación en ese sentido, la institución local «tendría que comunicarlo, más que pedir permiso», en palabras de la subdelegada Josefa Chicote.

Vecinos del entorno apuntan que en su día se planteó una rotonda por encima de Mercadona, cuya construcción podría aportar soluciones. Desde el colectivo vecinal se indica, sin embargo, que ese proyecto no resultó viable por falta de espacio. También señalan algunos residentes que el acceso se podría mejorar «si se creara, como se dijo» una calle entre la nueva rotonda por encima de la glorieta de Eroski y el centro Virgen del Yermo.

En la avenida de Galicia también hay quien pide, caso del hostelero Miguel Angel San Segundo, resaltes sobre la calzada para frenar la excesiva velocidad de algunos vehículos.