A galope hacia Santiago

La Ruta de la Plata es una de las vía más utilizadas por los peregrinos para llegar a Santiago. No tiene tanta repercusión mediática como el Camino Francés, Patrimonio de la Humanidad, pero está exento de la presión turística y permite al fiel encontrarse consigo mismo. A pesar de que lo más común es ir a pie o en bicicleta, algunos optan también por montarse en el caballo para llegar a la meta: la portentosa Catedral de Santiago de Compostela.

Un grupo de amigos de Castellón, grandes aficionados al mundo ecuestre, no dudaron un instante a la hora de elegir la aventura de este año y que hacen desde hace casi una década. «Somos unos quince amigos que nos reunimos todos los años para hacer alguna ruta», explicó Adolfo Pallarés mientras montaba su caballo en dirección a Zamora. Y es que, después de hacer casi todos los Caminos de Santiago, la Ruta de la Plata era una buena elección. «En esta ocasión hemos partido desde Béjar y nuestra intención es llegar en siete días a Benavente», dijo Pallarés, cuando aún se encontraba a mitad del trayecto.

Hacer el Camino de Santiago a caballo requiere una gran logística exterior, ya que a parte del alojamiento para las personas, los animales necesitan también un lugar adecuado para comer, beber y descansar. Después de tanto tiempo y tras surcar tantas rutas, los doce caballistas castellonenses tienen una buena perspectiva para detectar los defectos del camino romano. «En Salamanca la situación no es muy buena. Nosotros hemos tenido muchos problemas en algún pueblo para que los animales pudieran beber agua, ya que muchos albergues carecen de un buen avituallamiento», comentó Pallarés. Su viaje por la Ruta de la Plata les ha permitido descubrir también la mala situación en la que se encuentran varios tramos del camino. «En la provincia charra hubo algunos tramos de la ruta que han desaparecido bajo la nueva autovía que están construyendo», declaró el jinete castellonense. «Sin embargo, al llegar a Zamora nos hemos encontrado con que la situación está algo mejor», añadió

Estos doce aventureros comenzaron a preparar la cita sobre el mes de marzo, ya que además de los utensilios y previsiones comunes de un peregrino, este grupo de castellonense llevan consigo un camión y un microbús de apoyo. «Vamos muy preparados», argumentó Pallarés.

«Nosotros estamos acostumbrados a terrenos más montañosos, la Vía de la Plata es muy llana, y para nosotros es como una autopista», explicó el jinete. Y es que ésta no es la única hazaña de este grupo de amigos. «Hemos hecho el Parque de Doñana, la ruta de Jaca a Francia, el sendero del Mediterráneo hasta el Cantábrico, además del Camino de Santiago», explicó. Y todas las rutas con montados en el caballo, porque «es más emocionante».

A caballo, a pie o en bicicleta, las rutas jacobeas tienen cada año más peregrinos con un único objetivo: la Catedral de Santiago.