“Inédito y doloroso”. Con estos dos adjetivos calificó David Redoli Morchón su pregón de Semana Santa dentro del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA nada más tomar la palabra, tras escuchar en el paraninfo del Colegio Universitario al barandales de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, Jesús Rodríguez Asensio, más conocido como Suso, quien fue el encargado de arrancar uno de los actos más solemnes del foro del periódico.

Entrada del barandales de la Cofradía de Nuestra Madre de las Angustias, en el pregón de David Redoli. JOSE LUIS FERNANDEZ

Estos dos calificativos obedecen, por un lado, al silencio que se vivió en las calles zamoranas durante la Semana Santa de 2020 y 2021 a causa de la pandemia, con la consecuente suspensión de las procesiones. Y, por otro, a una situación más actual “también dolorosa, como es la guerra en Ucrania. Pronuncio estas palabras mientras se producen asesinatos y violaciones de derechos humanos a menos de 4.000 kilómetros de esta ciudad que baña el Duero”, apuntó, deseando que “igual que los cristianos vencieron para que el cristianismo fuese declarada religión oficial del imperio romano en el año 380, Ucrania será bendecida por la paz y por la libertad que se merece”, anheló.

Actuación del coro Aures Cantibus, en el foro del periódico. JOSE LUIS FERNANDEZ

Dos puntos de vista

Con humildad, el zamorano cogió el testigo de ser el pregonero del foro del periódico advirtiendo al auditorio que el suyo sería un discurso desde la óptica de un sociólogo y un cofrade, “desde la mirada de un niño que vistió su primera túnica en esta ciudad y también desde la atalaya de alguien que se interroga, que ausculta a la sociedad, que tiene pocas certezas y, por el contrario, muchas preguntas”, confesó.

Desde esta última perspectiva, definió la esencia de la Semana Santa en “creencias y valores transformados en vivencias. Creencias transformadas en emociones, es decir, en auténtica vida, al fin y al cabo”, resumió. Y para Zamora, además, esta época se convierte en un faro de intensa luz “en una ciudad que inexorablemente parece envejecer y despoblarse. Pero en la Semana Santa de mi ciudad veo fe, veo Iglesia, veo convicciones, veo la posibilidad de una resurrección. Veo resistencia, que no es, ni más ni menos, que la capacidad de echar raíces”, definió.

David Redoli, con Carmen Ferreras, en el Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. JOSE LUIS FERNANDEZ

En este sentido, el politólogo zamorano apuntó que la Semana Santa en esta ciudad “es la liturgia de lo sólido frente al festín de lo líquido, frente a los cantos de sirena de lo etéreo, de lo transitorio. Es la piedra angular de nuestro románico, el emblema de la ciudad, como lo es la famosa cúpula de nuestra catedral”, comparó.

Desde el siglo XVI

También antigua —aunque no tanto como la seo— es la Semana Santa zamorana, con cofradías centenarias como la Santísima Resurrección (1562). De las seis procesiones que conformaban la Pasión zamorana antes de 1940 se ha ido creciendo hasta las 17 actuales “que convierten las calles de Zamora en un museo vivo que siente la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, representada en su más de cuarenta pasos”, calculó.

Calificada como “arma de comunicación masiva” desde esa perspectiva sociológica, estos días representan “la escenificación de una fe, de un credo, una liturgia eminentemente religiosa, pero también cultural, etnográfica y antropológica, que sirve para explicar cosas complejas desde una cierta sencillez con el objetivo de procurar compartir un mensaje abrazado tanto por los protagonistas como por los espectadores”, valoró.

David Redoli, durante el pregón de Semana Santa. JOSE LUIS FERNANDEZ

Con el papa Francisco

No fue la invasión rusa el único guiño a la actualidad en el pregón de Redoli. El politólogo también hizo mención al papa Francisco al hilo de este poder comunicativo de la Iglesia, que, en el caso del argentino “saber mantener el mensaje renovando enormemente las formas de comunicarlo”, aplaudió, destacando entre todas sus últimas acciones de comunicación aquella de la carta encíclica “Laudato Si”, sobre el cuidado del planeta. “Su alegato en favor de una acción mundial rápida y unificada para combatir la degradación medioambiental y luchar contra el cambio climático no es solo un planteamiento ecológico, es también un compromiso social”, elogió. “Si seguimos contaminando, si seguimos sin entender que hemos entrado en una emergencia climática, destruiremos el planeta. Y con él nos destruiremos como especie. Es decir, en términos cristianos, destruiremos la obra de Dios”, argumentó sobre esta defensa del pontífice.

Público asistente al pregón de Semana Santa del Club LA OPINIÓN-EL CORREO DE ZAMORA. JOSE LUIS FERNANDEZ

Recuerdos de infancia

Dejó el sociólogo para el final de su pregón la vertiente más personal. “Dicen que la patria es la infancia y a la que yo regresaré es el Merlú, el barandales, el Miserere, las sopas de ajo, los niños a los hombros de sus padres, las esperas, las pipas que alfombran las aceras, el asombro ante la paso del Cinco de Copas, las almendras garrapiñadas, las cinco de la mañana, el dos y pingada, el crotorar de las cigüeñas, las aceitadas, la emoción desatada entre Jesús Resucitado, de Ramón Álvarez, y la Virgen del Encuentro, de Higinio Vázquez, en la Plaza Mayor”, describió, sin olvidar “las emociones que vívidamente siento cuando rememoro los ecos de mi cofradía, la Hermandad del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, fundada exactamente un año después de que yo naciera, en 1974”, apuntó.

Emoción al recordar a su padre

Para finalizar, quiso terminar con una reflexión “de una de las personas que más he admirado y querido en mi vida, a quien, desde 1994, echo de menos: Antonio Redoli Vicente”, su padre —con cuyo recuerdo se emocionó visiblemente—, “un pintor, un viajero interior, un ser de luz, un hombre bueno”, describió. “Sentimientos y Semana Santa, ese binomio indisociable que, espero, siga siendo fuente de fe, de creencias, de esperanza y comunidad dentro y fuera de Zamora”, concluyó.