“Somos los cimientos de la escena musical, sin las salas de conciertos no habría festivales y es totalmente incomprensible que la normativa obvie esta realidad”. Así de rotundo se mostraba ayer Isaac Vivero, vocal de la junta directiva de la Asociación de Salas de España (Acces) en la conferencia que se centró en la reactivación de la música en directo en salas, una de las charlas que se incluían en el programa del segundo día de actividades de la Feria Hispano Lusa de la Industria Musical (Fhlim).

“El reto para este año es que a las salas de conciertos se nos considere espacios culturales”, añade Silvia Moreno, responsable de producción y contratación musical, dedicada a la programación de conciertos desde hace más de una década, quien también participó en la conferencia. “Muy pocas autonomías lo han conseguido hace poco, como Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana o las históricas que llevan muchos años haciéndolo, como Cataluña o Euskadi”, enumera Vivero, con lo que considera que “se ha abierto un camino que podemos seguir los demás”.

Cerca de 300 salas de conciertos están repartidas por toda España y sufren más que otros negocios del sector de la cultura las consecuencias de las restricciones por la pandemia. “Los cines, los teatros y los auditorios están trabajando, evidentemente, con las medidas de seguridad requeridas en el contexto actual, pero a la mayoría de las salas de conciertos del país no se les permite”, compara Vivero. “Estamos como en el limbo”, añade Moreno.

Y es que desde el punto de vista normativo, “no existe una licencia de actividad de salas de conciertos dentro del ámbito de la cultura, nos consideran bares de copas y el ocio nocturno está cerrado por unas circunstancias que son perfectamente entendibles, pero es que nosotros nos dedicamos a la música en directo”, subrayan. “Se nos considera como ocio nocturno, pero es que la gente viene a escuchar música y, de paso, puede que se tome algo y no al revés. Es como considerar que al cine se va solo a tomar palomitas”, compara Isaac Vivero.

Concierto de Rulo en el escenario del Ramos Carrión. Jose Luis Fernández

Por esa actividad principal de que las salas de conciertos ofrecen a su público conciertos en vivo, los ponentes no entienden que en este tiempo “un grupo musical pueda subirse al escenario de un teatro y no al de una sala de conciertos, cuando la actividad es exactamente la misma”, aseguran.

La circunstancia de las restricciones horarias, que en principio podrían suponer una traba por sus habituales horarios, la descartan de pleno, puesto que están dispuestos a adaptarse a esta nueva normalidad —de hecho algunas salas ya lo han hecho— para poder ofrecer a sus clientes conciertos matutinos o a primera hora de la tarde, en vez de los habituales nocturnos. “Con los horarios no habría problema y, de hecho, se nos está abriendo el abanico de nuevas posibilidades”, considera Silvia Moreno, quien se encarga de la producción de conciertos de una de los recintos más importantes a nivel nacional, como es la Sala Industrial Copera de Granada.

En su intervención en la mesa redonda —donde compartió espacio con Vivero y con Raúl Valera, que suma una amplia experiencia en gestión de eventos y recintos multitudinarios, como el FIB, Sonorama o Mad Cool—, confesó que algunas salas de la zona en la que trabaja habían optado por cambiar sus licencias para poder abrir y trabajar como hacen los teatros y auditorios, “aunque no deja de ser un parche”, reconoce.

“Adaptarse es sin duda una opción, pero es que en muchas comunidades ni siquiera se ofrece esa alternativa”, advierte Isaac Rivero, presidente de la Asociación de Salas de la Región de Murcia. Por ese motivo, considera que el primer paso es que a las salas se les considere espacios culturales. “Una vez que consigamos eso, tendremos que ver de qué forma, y según las actuales circunstancias, esos eventos, una vez que se nos permita organizarlos, pueden ser viables y rentables, porque desde el punto de vista económico no es sencillo, teniendo en cuenta las reducciones de aforo y demás”, explica. “Aunque ese ya sería un segundo paso, después del primero, el importante, que se resume en que nos permitan trabajar”, afirma.

La Feria Hispano Lusa de la Industria Musical tiene en el recinto de Ifeza su sede principal, donde se ha convertido este fin de semana en un punto de encuentro entre profesionales, artistas y público de la escena musical tanto española como portuguesa, haciendo hueco al rock, pop, metal, indie, folk e incluso música tradicional. Eso se está comprobando en la variedad de conciertos en directo que se están desarrollando durante las jornadas.

Además, la feria incluye más de 150 stands de expositores con los mejores profesionales que trabajan alrededor del mundo de la música, desde sonido hasta iluminación, discográficas, luthiers, merchandising, managers o incluso transporte.

Conferencias, reuniones, presentaciones, pequeños conciertos o firma de discos completan una programación intensa que finaliza hoy domingo. Sin duda, lo más esperado por el gran público son los conciertos que se ofrecen, esta vez en el escenario del Teatro Ramos Carrión —puesto que la Diputación patrocina este evento—, donde con aforo reducido ayer se pudo disfrutar de la actuación de Rulo, que vuelve a Zamora una vez más. El encargado este domingo de cerrar este ciclo de conciertos, también en el teatro, serán Albert Pla (19.00 horas).