La situación derivada del COVID-19 no solo ha repercutido en la forma de impartir clase en los centros educativos, sino también en la labor de los propios profesores, que se ha visto incrementada con la formación de equipos anticovid, preparación de clases online o gestión de la nueva organización en los colegios e institutos. “El estrés viene dado por esta nueva realidad, que ya se vio durante el confinamiento, con la suspensión de las clases presenciales, el aumento de horas de trabajo o el compartir los medios informáticos que había en el hogar con el resto de miembros de la familia”, recuerda el presidente de ANPE Zamora, Ramón Domínguez.

Ese estrés ha aumentado con el inicio de curso, debido al miedo ante el contagio en los grupos burbuja, la falta de equipos de protección o la ventilación de las aulas. “Cada clase se convierte en un caso particular y con el frío del invierno se complica la situación”, reconoce Domínguez, quien valora, por otra parte, que la incidencia del virus en las aulas de Zamora y de Castilla y León sea tan baja, “sobre todo en las etapas de Infantil y Primaria, que eran las que más nos preocupaban”, señala.

Especial carga de trabajo han tenido los equipos directivos desde el verano y durante el inicio de curso, con la puesta en marcha de todos los protocolos anticovid. “Además, todas las semanas puede haber algún cambio y eso genera todavía más estrés”, asegura el presidente de ANPE Zamora. “Al final, lo que está funcionando es, sobre todo, el sentido común de los docentes”, subraya.

Ha sido el servicio del Defensor del Profesor de ANPE en Castilla y León el que ha presentado, por toda esta situación generalizada, un decálogo para ayudar de alguna manera al colectivo. “Venimos observando un aumento de las enfermedades asociadas al estrés y la ansiedad y como consecuencia, un incremento de las bajas laborales”, apuntan desde el sindicato.

La situación actual de alerta sanitaria tampoco ayuda “y supone un coste emocional adicional para los docentes y puede llegar a reducir significativamente su rendimiento profesional: la adaptación tan rápida e inesperada a la enseñanza online que sustituye a la enseñanza presencial en el último trimestre del curso pasado, la falta de regulación del teletrabajo, la ausencia de retroalimentación con el alumnado y las familias, el mal uso de las redes sociales, la planificación tardía de protocolos sanitarios o la ausencia de adaptación al puesto de trabajo para el personal vulnerable”, ponen como ejemplos.

Por tanto, el decálogo elaborado sirve para “intentar mejorar el día a día de los docentes y evitar que se llegue a situaciones de estrés que perjudiquen negativamente en el quehacer diario de los profesionales de la enseñanza”.

El servicio del Defensor del Profesor mantiene así su “compromiso con dar apoyo y asesoramiento a los docentes e intentar mejorar su consideración social, hacer llegar a la opinión pública el día a día de los centros y poner a la educación, y a sus profesionales, en el puesto que realmente se merecen”, finalizan.

El decálogo

  1. Ante la sobrecarga. Por el exceso de burocracia. Consejos: Trabajo colaborativo, disminución del número de reuniones y automatización de los procesos.
  2. Ante el miedo. Incertidumbre y miedo constante al contagio. Consejos: Rutina y autoprotección), la mejor opción.
  3. Ante el exceso de responsabilidad. Asunción de responsabilidades sanitarias. Consejos: Respaldo legal y jurídico. Formación, material y protocolos concisos.
  4. Ante la pérdida de interacción en el aula. Consejos: Generar presencia social. Crear espacios de intercambio de mensajes entre los propios alumnos y familias.  
  5. Ante la soledad. Soledad del docente y deshumanización de las relaciones en el claustro. Consejos: Compartir las preocupaciones o ansiedades con otros, búsqueda de espacios de encuentro con compañeros.
  6. Ante la conexión digital. Consejos: desconexión digital y mental. Establecer horarios rigurosos entre el tiempo de trabajo y el personal. Práctica de las cuatro “D”: descanso, dieta, deporte y diversión.
  7. Ante las barreras tecnológicas. Frustración por dificultades técnicas en el uso de plataformas online. Consejos: acude a tu coordinador TIC y exige formación en centro y horario laboral.
  8. Ante la falta de retroalimentación. Ausencia de empatía y feedback en modalidad online. Consejos: pide a tus alumnos que conecten la cámara para poder interpretar sus expresiones.  
  9. Ante la frustración. Por no llegar a todo el alumnado. Consejos: aplica la resilencia como factor de protección y recuerda que hay factores que se escapan a nuestro control.
  10. Ante el desánimo. Pesimismo emocional y laboral. Consejos: acude al Defensor del Profesor. Busca ayuda cuando lo necesites.