El Consejo Económico y Social de Castilla y León, en su informe sobre “Los mayores de 55 años en el mercado laboral”, considera necesario que, desde el ámbito del Diálogo Social, se aborde la continuidad de las políticas centradas en este colectivo mediante de un plan de empleo específicamente destinado a estas personas para evitar que, como consecuencia de la crisis derivada de la pandemia de la COVID-19, sus ya tradicionales problemas de persistencia en la situación de desempleo se conviertan en crónicos y desemboquen en inactividad, lo que ya se viene observando con mayor incidencia en el caso de las mujeres.

La situación es de especial relevancia en Zamora, la provincia más envejecida de Castilla y León y donde la presencia de mayores de 55 años es más intensa que en otros territorios. Más del ocho por ciento de estas personas, dice el CES, están en situación de desempleo, un porcentaje que en la actualidad será seguramente mayor porque los datos del informe datan del año 2018. Desde el CES se augura que la crisis provocada por la COVID-19 va a agudizar los problemas de empleabilidad de las personas mayores de 55 años y se considera que las políticas activas de empleo son el instrumento idóneo para promover la ocupación de calidad en el grupo de personas trabajadoras de mayor edad, a lo que han de unirse políticas macroeconómicas que complementen las políticas de empleo para minimizar los efectos de la crisis provocada por la pandemia.

Por lo que refiere a los datos, Zamora ha perdido población de más de 55 años en las últimas décadas, nada que pille por sorpresa en un contexto de pérdida generalizada de población. La población de la provincia con una edad comprendida entre los 55-64 años ha experimentado un descenso del 3,46% en el periodo 1971-2019.