A primera hora de la tarde de ayer, la familia socialista emitía un comunicado para comunicar el fallecimiento de Emilio Petisco, a los 72 años de edad. “Para todos ha sido una buena persona, un militante socialista comprometido y un dirigente implicado en el medio rural, con los pueblos de Zamora, con los agricultores y ganaderos de la provincia”, rezaba el escrito. Una definición que reúne, de punto a punto, los valores de los que Petisco hizo gala en Zamora, señas de identidad que le granjearon fama de político dialogante, templado, reflexivo. Del valor de su implicación con el medio rural bastaría con mirar al presente, alegando sin duda que hacen y harán falta unos cuantos como él para enderezar la grave crisis actual.

El socialista, que será despedido en el funeral de hoy (12.30 horas, iglesia parroquial de San Frontis), fue “referencia histórica del PSOE” desde la provincia en la que nació, en la vecina Salamanca, a la Zamora de los años 80, 90 y primera década del nuevo milenio. Aquí se estrenó como director provincial del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación y, a continuación, se convertiría en el último gobernador civil socialista. El popular Óscar Reguera le tomaría el relevo en un cargo que, dos años más tarde, se transformaría en la responsabilidad de subdelegado del Gobierno. Igualmente, Petisco fue director provincial de Agricultura en el Principado de Asturias.

A partir de ahí, Petisco inauguró una nueva etapa como concejal en el Ayuntamiento de Zamora, representación que le llevó a ser diputado provincial y a desempeñar la portavocía de los socialistas. De su capacidad de diálogo y, al mismo tiempo, de su carácter combativo dio muestra en eternas batallas dialécticas frente a la política que, por entonces, ejercía la presidencia de la Diputación Provincial, Pilar Álvarez.

Emilio Petisco, con un joven Antidio Fagúndez

Pero quizá uno de sus compromisos más pronunciados, y que los zamoranos recordarán siempre, fue el campo. Ingeniero Agrónomo de formación, Petisco poseía hace décadas un perfil técnico, especializado, poco común. Conocimientos que le llevaron a impulsar el Consejo Regulador del Queso Zamorano. También trabajó en la promoción del Vino de Toro y otras denominaciones de origen de productos zamoranos. Porque Emilio Petisco, por encima de todo, era un incansable defensor de lo local, lo autóctono. En este sentido, también le valió su capacidad para entenderse con los sindicatos agrarios, siempre desde el diálogo y el respeto.

Quienes lo conocieron hablan de su trato cercano, de su amabilidad en las distancias cortas. Lo saben bien en el barrio de San Frontis, donde se ganó la amistad de muchos. Y, en general, la enemistad de nadie. Desde el punto de vista personal y político, Petisco siempre fue respetado, concebido como una persona cordial, tanto por la familia socialista como por sus adversarios políticos. Incluso, décadas atrás, en su época más joven, se ganó también cierta fama de personaje elegante, de dandi. Quizá por todos estas destrezas y calificativos, su nombre llegó a sonar en la época como un futurible “ministrable”, siguiendo la estela de su compañero de partido Carlos Romero, saucano que sí llegó a ejercer la responsabilidad de ministro de Agricultura con Felipe González en el Gobierno.

Históricos del PSOE, como Andrés Luis Calvo, Demetrio Madrid, Luis Malmierca o Francisco Villaverde han tenido palabras de pésame y homenaje para Petisco. También el actual presidente de la Diputación, Francisco Requejo, quien destacó la “integridad” del socialista fallecido.