La tarjeta de crédito se ha convertido en un método de pago de lo más extendido. de hecho, mucha gente sale a la calle sin dinero en efectivo y paga con su tarjeta, con el smartphone o incluso con su reloj.

De hecho, a raíz de la pandemia de 2020, los ciudadanos dejaron de usar los billetes y las monedas como método de pago habitual para actualizarse a este sistema digital.

Además, la tarjeta de crédito es un instrumento de pago muy útil en determinadas situaciones. Con ella podemos adquirir bienes incluso sin tener disponibilidad inmediata en nuestra cuenta corriente. El gasto efectuado será adelantado por la entidad de crédito y cargado posteriormente en nuestra cuenta. El banco concede a los titulares de tarjetas de crédito una facilidad de descubierto, es decir, el límite máximo que pueden gastar en un mes. También se pueden hacer compras en línea, para lo cual muchas entidades facilitan una contraseña personal que hay que introducir durante la compra, para protegernos de muchos riesgos.

En Alemania no la usan apenas

En algunos países como Alemania, los ciudadanos están dejando de utilizar la tarjeta de crédito. Tal y como explica una española que reside allí, la razón del escaso uso de las tarjetas no se debe a un problema de economía sumergida, sino de privacidad del ciudadano. "Los alemanes valoran mucho la privacidad. Eso va relacionado con el dinero. No confían mucho que las grandes tecnológicas financieras le rastreen el dinero, entonces lo sacan en efectivo. De media, los alemanes llevan de media entre 100 y 150 euros siempre".