Es el volcán de Grindavik, un pueblo pesquero a sólo 40 kilómetros de Reikiavik la capital de Islandia. La erupción comenzó pasadas las diez de la noche de este lunes pero no ha cogido a nadie por sorpresa. En las últimas semanas, se había producido varios terremotos y los 4.000 habitantes de la zona abandonaron sus domicilios para evitar mayores riesgos. Por ahora, la lava ha comenzado a brotar por entre las grandes grietas que se han abierto en la superficie terrestre. El gobierno islandés ha decretado el estado de emergencia ante el avance de la erupción.