Enganchados a un móvil, así vemos a los adolescentes diariamente. Esto es un problema cada vez mayor para los profesores que ven cómo sus alumnos entran el móvil a las aulas y aunque esté prohibido su uso no pueden evitar mirarlo de reojo por si vibra al recibir una notificación, lo que muchas veces provoca que el docente le quite el teléfono, interrumpiendo el ritmo de la clase.

Es el caso por ejemplo de un colegio de Torrent, en Valencia, y muchos otros de Zamora y el resto de España, que han conseguido acabar con este problema, que sobre todo acarrea una preocupante falta de concentración del alumnado.

Las aulas de ESO y Bachiller del Colegio Fasta Madre Sacramento de Torrent se han convertido en espacios seguros de móviles para sus alumnos. ¿Cómo? Gracias a una estrecha colaboración con el AMPA del colegio, se han instalado cajas de seguridad para los móviles en las clases.

Cada mañana los jóvenes depositan en las cajas sus aparatos electrónicos y los recogen a la salida. En caso de necesitar los móviles para algún trabajo específico en el aula, el profesor gestiona el reparto de los dispositivos y el uso en clase.

Una iniciativa que ha tenido muy buena aceptación entre el alumnado, quienes confiesan los beneficios de no tener el teléfono al lado. "Nos concentramos más porque no estamos pendientes de que el móvil vibre o de que nos los puedan quitar", comentan los alumnos de 2º de la ESO. "Es muy útil porque evitamos la tentación para usarlo de manera inadecuada. Es voluntario dejar el móvil en la caja de seguridad, pero todos lo ponemos porque es mejor", aseguran los alumnos más mayores de 4º ESO.

Mejora de la convivencia

Desde el colegio, afirman que con esta simple iniciativa, se han reducido drásticamente los problemas en las aulas derivados del uso indebido de los móviles en el centro. El profesorado asegura que los alumnos están más tranquilos porque, al estar los teléfonos guardados bajo llave, no los pueden perder ni romper ni ser amonestados. "Todos están colaborando de forma proactiva. Los resultados están siendo muy positivos. La convivencia ha mejorado sustancialmente y los profesores se sienten más cómodos en las aulas al impartir sus clases", expone David Marín, director del colegio.